Voy a intentar resumir las conclusiones de este estudio en pocas palabras: si buscáis a Wally, es más fácil que lo encontréis si os han cotilleado cosas negativas sobre él que no. O algo parecido.
Es lo que sugiere el estudio realizado por Eric Anderson, de la Universidad del Noreste de Boston (EE UU), que se publica en la revista Science Express. Nuestro sistema visual presta más atención a una cara de una persona sobre la que hemos oído chismes negativos.
Señala Lisa Barrett:
Se podría pensar que el cotilleo solo afecta a las opiniones que tenemos acerca de alguien, pero afecta a algo más básico que eso, a la facilidad con la que ves a una persona, y eso es una sorpresa.
Erika Siegel, investigadora de la Universidad del Noreste y coautora del estudio:
Nuestro sistema visual funciona de la siguiente manera. Cuando nos muestran dos cuadros, por ejemplo, uno para cada ojo, solo somos capaces de ver uno de ellos. Es la forma en que funciona el cerebro. Podemos avanzar y retroceder, pero solo veremos uno a la vez. Es involuntario.
En el estudio expusieron a un grupo de personas caras neutras (sin expresión) emparejadas a una descripción de un comportamiento negativo (por ejemplo, una patada a un perro), un comportamiento positivo (“ayudó a una mujer mayor con sus compras”), o un comportamiento neutral (“ayudó a cruzar la calle a un hombre”). Cada cara se presentó cuatro veces. En total, 20 caras para cada categoría.
A continuación se enseñaron estas caras solas, agregaron 20 caras nuevas y se le enseñó al participante una cara para un ojo y una casa para el otro, lo que se llama ‘rivalidad binocular’ (fenómeno de la percepción visual por la que alternamos entre diferentes imágenes presentadas a cada ojo).
Lisa Barrett:
En estos casos, donde se muestran imágenes diferentes para cada ojo, nuestro sistema visual sólo nos permite ver uno de ellos a la vez (la cara, luego la casa y después la cara otra vez, por ejemplo). Medir el tiempo en el que vemos el rostro en cada ensayo nos permite evaluar si el cerebro prefiere la cara y la selecciona para la conciencia visual.
Cuando les comunicaban a los participantes un chisme negativo sobre la cara, veían antes la cara que la casa. Si no había chisme negativo, entonces no había esta tendencia. ¿Por qué sucede algo así?
La hipótesis que baraja es que las regiones del cerebro que están implicadas en los sentimientos y el aprendizaje emocional están conectados con el sistema visual, y también a las regiones subcorticales del cerebro que forman parte de la percepción:
Este hecho puede formar parte de nuestra evolución, esto es, que ayuda a protegernos de los mentirosos y los tramposos. Si los vemos durante más tiempo, tal vez podamos obtener información más precisa sobre su comportamiento.
Vía | SINC