El motor de búsqueda Google se ha convertido en una memoria externa de facto. Si empezamos a hablar de una película y no recordamos el nombre del protagonista, ¿para qué darle al coco? Alargamos la mano a nuestro Smartphone y buscamos en Internet Movie Data Base. En unos segundos ya tenemos la respuesta. Así que estamos tendiendo a usar menos nuestra memoria y más la memoria de Internet, en lo que se ha venido a llamar Efecto Google.
Es lo que sugiere el estudio que se publicó ayer en la edición online de Science, que lleva por título “Google Effects on Memory: Cognitive Consequences of Having Information at Our Fingertips“. Betsy Sparrow, profesora adjunta de la Universidad de Columbia (Nueva York), es la autora del estudio y señala a Internet como una suerte de memoria colectiva de la que todos dependemos cada vez más; un poco como el marido depende de su mujer para recordar determinadas fechas o si ha cogido las llaves del coche.
El doctor en Psicología Daniel Wegner ya postuló hace ya treinta años la teoría de la “memoria transactiva”, que hace referencia a la capacidad de dividir la labor de recordar cierto tipo de información compartida. Internet puede haber adoptado ese rol.
hizo una serie de experimentos con más de un centenar de estudiantes de Harvard para examinar la relación entre la memoria humana, la retentiva de datos e internet.
El equipo de Sparrow descubrió que los participantes en el experimento no sabían las respuestas a las preguntas, automáticamente pensaron en su ordenador como el lugar para encontrar esa información. Además, si los sujetos sabían que la información podría estar disponible en otro momento o que podrían volver a buscarla con la misma facilidad, no recordaban tan bien la respuesta como cuando creían que la información no estaría disponible.
En el estudio también se pone de manifiesto que los participantes no recordaban necesariamente cómo obtuvieron cierta información si recordaban qué era; no obstante, sí tiende a recordar dónde encontraban los datos que necesitaban cuando no eran capaces de recordar exactamente la información.
Ello también nos está volviendo más eficientes y habilidosos a la hora de buscar y encontrar la información que necesitamos. ¿Acabará Google engullendo una parte de nuestro cerebro?
Vía | La Razon