Brain Gym International es un programa de Kinesiología educativa que, en esencia, consiste en una serie de ejercicios físicos (gatear, botar pelotas, caminar sobre barras de equilibrio) que supuestamente ayudan a los niños en su aprendizaje académico. Sin embargo, las teorías que respaldan este programa tienen muy poco o nulo respaldo por la comunidad científica.
Cuando Keith Hyatt, un experto en educación especial de la Western Washington University, revisó la literatura científica acerca del entrenamiento cerebral en un trabajo del año 2007, identificando solamente cuatro estudios, todos ellos completamente aquejados de una metodología muy pobre.
A pesar de éste y otros estudios que echan por tierra el mito del Brain Gym, el problema es que persisite, incluso en personas cultas e informadas, como es el caso de los profesores. Un sondeo realizado entre maestros del Reino Unido y Holanda publicado en el año 2012 puso en evidencia que cuanto mejor conocen el cerebro, mayor es la probabilidad de que respalden alguno de los neuromitos educativos vigentes, incluidos programas como Brain Gym.
Probablemente porque su interés por el cerebro les expone al marketing basado en algunas ideas erróneas o superficiales sobre neurociencia. Solo eso explica que otro sondeo de 2013 por la organización benéfica británica Wellcome Trusto entre más de mil profesores encontrara que el 39% de ellos use el programa Brain Gym. Este preocupanete situación es analizada así por Ben Goldacre en su libro Mala ciencia:
El mismo profesor que explica a sus alumnos que el corazón bombea sangre a los pulmones y, luego, al resto del cuerpo, está contándoles también que, cuando hacen el ejercicio bautizado como Activador de Energía (que resulta demasiado complicado para describirlo aquí), “el movimiento hacia atrás y hacia adelante de la cabeza incrementa la circulación sanguínea hacia el lóbulo frontal, lo que favorece una mayor capacidad de comprensión y de pensamiento racional”. Asusta aún más pensar que ese mismo docente estuvo sentado durante toda una clase escuchando y aprendiendo ese tipo de estupideces de boca de un instructor de Brain Gym sin cuestionarlo ni poner en duda sus palabras.
Entrenamiento para ancianos
Los niños no son las únicas víctimas de las bondades del entrenamiento cerebral, también lo son los ancianos, como una forma de protegerlos del riesgo de demencia o el deterioro mental.
Una revisión sistemática publicada en el año 2009 identificada diez estudios convenientemente controlados publicados entre 1996 y 2008. Los investigadores, liderados por Kathryn Papp, de la Universidad de Connecticut, señalado que no haber encontrado pruebas de que los programas de intervención cognitiva estructurada retrasaran o ralentizaran la progresión de la enfermedad de Alzhéimer en ancianos sanos.
Hay algunos estudios que muestran mejoras a la hora de combatir la demencia haciendo ejercicios que impliquen el uso del cerebro, como resolver pasatiempos o jugar al ajedrez, pero no parece que afecte por igual a todas las personas. Cuando los investigadores adoptan un punto de vista sistemático respecto a todos los hallazgos del entrenamiento cerebral, casi siempre se concluye que cuando uno practica una cosa se vuelve mejor en un conjunto de cosas diferentes. Las afirmaciones grandilocuentes en este campo, pues, deben cogerse con pinzas.
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