Según el investigador Seth Setphens-Davidowitz, hay palabras o frases que se emplean comúnmente a la hora de solicitar un préstamo. Para ello, en su libro Todo el mundo miente cita un estudio realizado al respecto por parte de tres economistas de las Universidades de Delaware y la Columbia Business School en el año 2016.
Los autores del estudio emplearon herramientas de minería de datos y algoritmos de aprendizaje automático para procesar y analizar automáticamente el texto de más de 120.000 solicitudes de préstamos de Prosper.com, una plataforma de crowdfunding en línea.
Dios y prometo pagar
Estas fueron las palabras clave:
- Mayor probabilidad de devolverlo: «libre de deuda», «después de impuestos», «graduado», «tipos de interés más bajos», «pago mínimo».
- Menor probabilidad de devolverlo: «Dios», «prometo pagar», «hospital», «promesa», «gracias».
Tal y como abunda en ello Setphens-Davidowitz:
Cuanto más recalque una promesa, más probable será que la rompa. Si alguien escribe «prometo devolver el dinero y pongo a Dios por testigo», las probabilidades de que lo devuelva serán mínimas. Apelar a la misericordia ajena (explicar que se necesita el dinero para un familiar ingresado en el «hospital») también indica escasas probabilidades de que alguien pague el préstamo. De hecho, mencionar a cualquier familiar (un esposo, un hijo, un padre) es señal de que no se devolverá el dinero.
En realidad, este sesgo de las palabras quizá solo es un reflejo del autoengaño de quienes no cumplen sus promesas. De igual modo, nos creemos más morales, rectos y justos que la mayoría, como también sentimos que estamos por encima de la media, tal y como podéis ver en el siguiente vídeo:
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