Los juegos de mesa, junto con juegos de rol como Magic: The Gathering y Dungeons and Dragons, permiten a los jugadores entrar en un estado controlado de conflicto. El proceso de involucrarse en ese conflicto es divertido, incluso cuando uno pierde, y es probable que el resultado sea diferente cada vez que se juegue.
Incluso en el ajedrez, famoso por su relación con la guerra y la estrategia militar, lo importante no reside en quién gana en última instancia, sino en el ingenio que los jugadores muestran en el proceso. ¿Esto se puede extrapolar de algún modo a nuestra vida cotidiana?
Ganadores y perdedores
Al menos durante en un tiempo, los juegos de mesa permite que los ganadores y perdedores en el mundo real dejen de serlo y cambien sus roles alternativamente. Esto no solo nos permite ver la situación con más perspectiva, sino, como explica la experta en estudios de los medios Mary Flanagan, los juegos de mesa nos solicitan que reflexionemos sobre las reglas y la justicia.
En un juego de mesa no siempre se gana y esto supone trabajar la tolerancia a la frustración. De hecho, también aprende algo de deportividad, a no excederse cuando logre ganar.
Es fácil ver por qué esto tendría un gran atractivo en un clima político profundamente dividido como el actual. No en vano, la versión original de Monopoly fue diseñada como una crítica liberal del capitalismo.
Porque otra característica importante de los juegos de mesa es que requieren que varias personas se sienten en la misma habitación y se concentren en una experiencia compartida en tiempo real. Eso es cada vez más raro en un mundo en el que más a menudo vemos a nuestros amigos y seres queridos en las redes sociales que en la vida real.
Un estudio reciente de la Universidad de Baylor en Waco, Texas, y que ha sido publicado en Journal of Marriage and Family, también ha revelado que las parejas románticas liberan oxitocina cuando pasan tiempo juntas en actividades recreativas como los juegos de mesa. Todas las parejas dieron muestras de orina antes y después de sus citas. A partir de estas, los investigadores pudieron medir si los niveles de oxitocina habían cambiado durante el evento y en qué medida.
También hay efectos positivos cuando jugamos con amigos.
Además de todos los beneficios ya enumerados, ayudan al desarrollo de algunos aspectos de la personalidad bien interesantes como la paciencia, la concentración, la capacidad deductiva o la lógica.
Tal vez jugar a juegos de mesa no nos hace necesariamente así en todos los ámbitos de nuestra vida, pero parece bastante evidente que al menos puede tener una incidencia positiva en ello.
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