La belleza, estadísticamente, nos permite tener sueldos más elevados. Sin embargo, no siempre es así. La discriminación por belleza es un hecho, como lo es por sexo, etnia, altura, etc.
Si bien las personas no atractivas perciben menor salario que los atractivos, el grupo de los menos atractivos todavía recibe mayor sueldo que los atractivos. Al menos es lo que sugiere el siguiente estudio.
Salario del feo
Es lo que sugiere un estudio llevado a cabo por Satoshi Kanazawa y Mary Still que ha sido publicado en Journal of Business Psychology. Se trata de un estudio longitudinal de 20.000 jóvenes estadounidenses, entrevistados a los 16 años y luego en otras tres veces hasta los 29 años.
El entrevistador calificaba el atractivo físico de la persona, desde muy poco atractivo hasta muy atractivo.
Kanazawa y Still querían comprobar si los ingresos brutos de los participantes a los 29 estaban asociados con su atractivo físico en esa edad o en cualquier otra anterior. En general, hubo una asociación positiva entre el atractivo y las ganancias. Pero había una anomalía: los participantes muy poco atractivos desafiaban la tendencia.
Aquellos participantes que fueron calificados como muy poco atractivos a los 29 años ganaban significativamente más que las personas consideradas más atractivas que ellos, incluso más (aunque en menor medida) que los muy atractivos.
La correlación entre la falta de atracción extrema y el salario más alto se mantuvo utilizando los ingresos medios y examinando por separado a los hombres y las mujeres. Los autores argumentan que esto es difícil de cuadrar con la explicación de discriminación habitual de por qué el atractivo (o la falta de ello) se asocia con el ingreso. Después de todo, ¿por qué los empleadores serían menos discriminatorios con las personas con peor aspecto?
Kanazawa razona que las personas atractivas ganan más porque el atractivo facial es un indicador de una mejor salud, que a su vez se correlaciona con más inteligencia, rasgos de personalidad ventajosos y mayor fortaleza. Por ello no se sabe con seguridad por qué los calificados como muy poco atractivos logran ingresos más altos que sus contrapartes más atractivas, y se requiere mayor investigación al respecto.
Lo Kanazawa supone, en cualquier caso, es que la combinación de pasión por un tema y perseverancia frente a las dificultades parece ser un factor tan o más importante que la belleza para alcanzar el éxito. Las personas poco atractivas puntúan alto en el psicológico apertura a la experiencia, uno de los rasgos según el Modelo de los Cinco Factores.
Las personas que se definen por este rasgo, el de apertura a la experiencia, prefieren las rutinas familiares a las experiencias nuevas, y generalmente tienen una gama más estrecha de intereses. Estas personas muy poco atractivas, pues, podrían así perseguir obsesivamente sus objetivos laborales excluyendo todas las distracciones y finalmente entrando en la vanguardia de su campo.
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