A pesar de que dicen que el amor lo puede todo o que la diferencia de edad no es importante si se comparte el espíritu, un nuevo estudio de la Universidad de Colorado sugieren que las cosas no son tan sencillas.
El problema, según el estudio, pasa tanto a los hombres que se casan con mujeres más jóvenes como por las mujeres que se unen a hombres de menos edad.
Felices solo al principio
Lo que siguiere este estudio sobre la felicidad conyugal entre miembros de edades muy discrepantes es que, si bien al principio parecen ser muy felices, con el transcurrir de los años la diferencia de edad es la responsable del deterioro de la relación. El problema reside, al parecer, en las diferentes expectativas sobre temas fundamentales que se tiene a distintas edades.
Esos temas son, por ejemplo, tener hijos y cuando, sobre en qué ciudad vivir, etc. Estos asuntos, cuando la pareja tiene una edad similar o pertenece a una misma generación, son porcentualmente más sencillos de conciliar. Con todo, el efecto edad solo se observa cuando las parejas tienen diferencias de edad de quince años o más.
Tampoco significa ahora que llevemos al extremo este estudio. A veces las relaciones tienen lugar, y por mucho que nos esforcemos en evitarlo, también se disuelven. Es decir, que quizá deberíamos evitar lo que hizo Darwin en una ocasión: antes de proponer matrimonio a su prima Emma, hizo su propio análisis de costes y beneficios en el reverso de una carta.
Imagen | joseanprado
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