La mayoría de las estrategias actuales asumen un lenguaje con una estructura basada en unidades de sonido. Cuando los lingüistas abordan un idioma desconocido, dividir las frases habladas en unidades de sonido repetitivas es el primer paso para detectar patrones que podrían indicar un significado.
En ausencia de tales unidades de sonido, un lenguaje escrito puede analizarse en busca de estructuras lingüísticas de significado similares, llamadas morfemas, pero esto a menudo requiere un cuerpo de datos demasiado vasto.
Lincos
Es lo que vemos, por ejemplo, en la película The Arrival, centrada casi en exclusiva en el desafío que supone entender un idioma construido bajo otras reglas psicológicas totalmente distintas (incluso que asumen más dimensiones espaciales que las asumidas por nuestro cerebro).
El problema es que para crear un método para decodificar un idioma desconocido sin depender de paralelos con los idiomas de la Tierra parece un obstáculo insalvable. Es completamente posible que un lenguaje extraterrestre no tenga sonido o, alternativamente, carezca de un componente escrito, por lo que estos métodos tradicionalmente confiables serían inútiles si se nos presenta un lenguaje tan extraño.
De hecho, también vemos una amplia gama de formas de comunicación en la Tierra. Más allá de la comunicación gestual y vocal, también vemos la comunicación a través del baile en las abejas melíferas, por ejemplo. ¿Cómo podríamos comunicarnos con una especie extraterrestre inteligente así?
Lo que esto deja en claro es que los prejuicios humanos impregnan todos los esfuerzos para clasificar tanto la comunicación no humana como para desarrollar una metodología de traducción confiable para idiomas extraterrestres.
Aún así, los científicos han intentado abordar este problema basándose en la premisa de que las matemáticas y la física son una especie de lenguaje universal. Pero la búsqueda de una solución matemática o física no está exenta de inconvenientes. No solo excluye la posibilidad de un enfoque radicalmente diferente de la física (otro elemento en muchas narrativas de ciencia ficción), sino que también carece de la inclusión de datos socioculturales: un elemento intrínseco en cualquier análisis lingüístico exhaustivo.
El matemático Hans Freudenthal ha intentado diseñar un lenguaje para su uso en la comunicación extraterrestre con seres que no tuvieran ningún conocimiento de la cultura, los idiomas o las personas de la Tierra. Fundamentalmente arraigado en las matemáticas, Lincos, una abreviatura de la frase latina lingua cosmica, que significa lenguaje cósmico, enseña los conceptos básicos de números, aritmética, teoría de conjuntos y lógica matemática.
En cualquier intento de comunicarse con alguien que usa un idioma diferente, es esencial cerrar la brecha entre los idiomas de los dos interlocutores. Lincos pretende hacerlo empleando las matemáticas y la física como el terreno común o el puente lingüístico entre la Tierra y una civilización extraterrestre. Sin embargo, también establece la suposición potencialmente equivocada de que las matemáticas son un concepto universal.
La unión de la lingüística y la informática, conocida como lingüística computacional, proporciona otra variedad de procedimientos de traducción, pero también tiene dificultades similares a las de una estrategia matemática / física. Asume la problemática suposición de que las civilizaciones extraterrestres producirían mensajes de la misma manera que los seres humanos.
Así pues, encontrar vida inteligente será un desafío. Entendernos con ella, podría ser un desafío todavía mayor.
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