Nosotros no, pero los niños de 3 a 5 años tienen problemas para reconocer las emociones de las personas que usan mascarillas

Un reciente estudio, llevado a cabo por investigadores del U-Vip (Unidad para Personas con Discapacidad Visual) y dirigido por Monica Gori en el IIT-Istituto Italiano di Tecnologia (Instituto Italiano de Tecnología), muestra por primera vez cómo los niños de 3 a 5 años tienen problemas para reconocer las emociones de las personas que usan mascarillas.

Los adultos sí que saben hacerlo, aunque tampoco es tan fácil como parece.

Felicidad, tristeza, miedo e ira

Los investigadores del IIT prepararon un cuestionario que contenía imágenes de personas con y sin mascarillas, y las mostraron por ordenador, tableta o teléfono inteligente a 119 personas que incluían 31 niños de entre 3 y 5 años, 49 niños de entre 6 y 8 años y 39 adultos entre 18 y 30 años.

A los sujetos, de forma independiente o con la asistencia de los padres en el caso de los más jóvenes, se les pidió que intentaran reconocer las expresiones de los rostros, con y sin mascarilla, transmitiendo diferentes emociones como felicidad, tristeza, miedo e ira.

Los resultados mostraron que los niños de entre 3 y 5 años son capaces de reconocer expresiones faciales que transmiten felicidad y tristeza en solo el 40% de las ocasiones en las que los rostros están cubiertos por una mascarilla. Los porcentajes fueron mayores para otros grupos de edad: niños de 6 a 8 años (55-65%) y adultos (70-80%), pero en general, todos los grupos de edad mostraron un grado de dificultad para interpretar estas emociones expresadas mientras la cara estaba parcialmente cubierta por una mascarilla.

En cuanto al resto de emociones, se obtuvieron mejores resultados, pero el grupo de edad que tiene más dificultades para reconocer las emociones expresadas detrás de una máscara es el de los niños en edad preescolar. Según Gori:

El experimento se realizó en las primeras fases de la pandemia de 2020, y en ese momento las mascarillas eran todavía una nueva experiencia para todos. Los cerebros de los niños son muy flexibles y, en este momento, estamos realizando pruebas para determinar si la comprensión de las emociones por parte de los niños ha aumentado o no.