Incluso en el caso de que nos apetezca realmente citarnos con alguien en persona, en muchas ocasiones, cuando cancelamos el plan, sentimos alivio o alegría. Una razón para ello es que, en general, tenemos agendas apretadas, y siempre es satisfactorio disponer de unas horas libres que ya teníamos adjudicadas.
Otro motivo podría ser que, en cierta manera, todos somos perezosos sociales: hasta que no estamos en la reunión o la cita, desde la comidad del sofá, todo se hace un mundo. Pero hay más motivos propiciados por la relaciones online.
Relación online
El humorista John Mulaney dijo una ocasión: "En términos de alivio instantáneo, cancelar planes es como la heroína ... una alegría instantánea". Algo que ahora está mucho más subrayado gracias a las redes sociales, como Facebook.
Cuando la persona con la que interactuamos es alguien que rara vez se ve cara a cara, puede parecer un esfuerzo monumental dar el salto de las redes sociales a las interacciones de la vida real, en comparación con la facilidad de enviar un texto ocasional. Como explica Sherry Turkle, directora de la Iniciativa MIT sobre Tecnología y autora de Reclaiming Conversation:
Las personas sienten que sus necesidades de contacto se satisfacen al mantenerse al día con su teléfono, por lo que estar con la gente en persona se convierte en una carga. Reunirse puede ser estresante, pero online o por mensaje de texto nuestras relaciones son ordenadas: podemos ocultar lo que queremos ocultar y evadir a las personas cuando las cosas se ponen incómodas.
Además, cuando cancelamos planes online no tenemos que ver o escuchar la decepción o la tristeza del otro
Imagen | Fabio Sola Penna
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