Lejos de consideraciones estéticas, como que la tipografía Comic Sans es el mal, lo cierto es que la tipografía influye en la forma en la que leemos. Concretamente, en cómo retenemos lo leído.
Es lo que sugirió un estudio realizado investigadores suecos en el año 2014, en el que se hizo leer a un grupo de personas un texto escrito en tipografía inusual y algo ilegible y otro el tipografía conocida y legible.
Ruido de fondo
Al leer ambos textos en el estudio, los sujetos debían ser distraídos por molestos sonidos de fondo. Lo que ocurrió es que los sujetos retuvieron menos del texto escrito de forma legible debido a los efectos del parloteo molesto, pero las interrupciones acústicas no tenían un efecto negativo en el texto escrito con una tipografía poco habitual.
Es decir, que los estudiantes retenían lo mismo que con un texto escrito con una tipografía legible en un ambiente tranquilo, tal y como explica Henning Beck en su libro Errar es útil:
En resumen, dependerá, en definitiva, de nuestra actitud interior si algo exterior nos distrae. Renegar del entorno porque está lleno de distracciones no es suficiente. No se erradica el mal cambiando el entorno, sino transformando el funcionamiento de la mente. Ningún sonido normal, de menos de 80 decibelios, es capaz de desviar nuestra atención si hay algi que nos supone un esfuerzo cognitivo.
Una determinada fuente tipográfica incluso puede permitir que memoricemos mejor un texto, como ésta creada ad hoc para este fin: Sans Forgetica. Sus creadores, un grupo de investigadores de distintas disciplinas del Real Instituto Real de Tecnología de Melbourne (RMIT, por sus siglas en inglés), aseguran que Sans Forgetica es "la primera tipografía que fue específicamente diseñada para mejorar la retención mental".
Un disléxico también decidió diseñar su propia fuente tipográfica para reducir sus dificultades al leer mientras estudiaba arte en la Universidad de las Artes HKU en Holanda. La fuente Dyslexie procura que se superen algunos de los problemas que las personas con dislexia tienen cuando leen. Debido a la forma en que sus cerebros procesan la información visual, a menudo cambiarán y rotarán las letras de manera subconsciente, haciendo que sea más difícil reconocer los caracteres.
Un cambio clave fue hacer las letras con la parte de abajo voluminosa, para que fuesen más macizas en la base que en la parte superior. A diferencia de familias de fuentes tipográficas más tradicionales, la Dyslexie es muy asimétrica. En lugar de mantener las letras en un tamaño uniforme, algunas tienen "palos" más largos que ayudan a que resalten más en las palabras.
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