Todos hemos asisitido (y algunos protagonizado) a la escena típica de, por ejemplo, una chica que seduce al novio de su amiga y acaba arrebatándoselo. Una estimación sugiere que el 63% de los hombres y el 54% de las mujeres están en sus relaciones actuales a largo plazo debido a que su actual pareja "les robó" a una pareja anterior.
Hasta la fecha, la mayor parte de la investigación científica sobre el tema ha sido llevado a cabo por los psicólogos evolutivos, que argumentan que estamos evolutivamente preparados para buscar compañeros de esta forma y que, a menudo, nos involucramos en estas conductas de una manera inconsciente. Pero lo que no se había estudiado es la consecuencia de obtener pareja mediante este sistema.
Menos comprometidos, menos satisfechos
Esta clase de caza furtiva de compañeros románticos o sexuales, es decir, localizada a personas que ya tienen pareja y no están solteros, sin embargo, tiene efectos a corto y largo plazo. Es lo que sugiere un nuevo estudio llevado a cabo por Joshua Foster, que ahora aparece en Journal of Research in Personality.
Después tres estudios distintos, Foster conluyó que los individuos que fueron saqueados por sus parejas románticas actuales eran menos comprometidos, menos satisfechos, e invertían menos en sus relaciones. También prestaron más atención a otras alternativas románticas, perciben sus alternativas como de mayor calidad, y participan en mayores tasas de infidelidad.
En el primer estudio, que involucró a 138 participantes heterosexuales, los voluntarios fueron estudiados de 0 a 36 meses. Tanto los hombres como las mujeres que fueron saqueados tendían a comenzar la presentación de informes con menos grado de compromiso con su relación existente, se sentían menos satisfechos en él, más engañados, y estaban buscando activamente alternativas románticas. Con el tiempo se informó de niveles cada vez más bajos de compromiso y satisfacción en sus relaciones. Esto contrasta con los participantes que no fueron saqueados, que mostraron menos interés en alternativas románticas a través del tiempo.
Un segundo estudio, más pequeño, confirmó estos resultados. Pero este grupo de muestra no mostró deterioro en sus relaciones con el tiempo (probablemente debido a que el estudio fue demasiado corto, o porque el deterioro ya había tocado fondo).
En los tres estudios, entre el 10 y el 30 por ciento de los participantes dijeron que habían sido saqueados por sus parejas actuales.
Escribiendo en el BPS Research Digest, Christian Jarrett señala:
Tiene sentido que las personas que fueron saqueadas por sus parejas mostrasen menos compromiso y satisfacción en su relación actual. Después de todo, si estaban dispuestos a abandonar a un compañero en el pasado, ¿por qué no estar dispuestos a hacerlo de nuevo? Esta lógica fue corroborada por un estudio final de 219 participantes que respondieron a preguntas no sólo acerca de la manera en que su relación actual se había formado, sino también sobre sus personalidades y actitudes.
Rasgos psicológicos del "cazado"
De hecho, según el estudio, las personas que han sido "cazadas" tienden a exhibir los siguientes rasgos:
Menor empatía, menos preocupación por el bienestar de los demás.
Pocos escrúpulos.
Narcisismo.
Se tiende a evitar la intimidad, mantener distancia emocional.
Orientación sociosexual sin restricciones (más dispuestos a involucrarse en el sexo casual o sexo fuera de una relación de compromiso).
Baja extraversión (menos socialmente involucrado, reservado).
En pocas palabras, lo relevante no es necesariamente la caza furtiva en sí, sino el hecho de que las personas que poseen estos rasgos típicos no les va bien en las relaciones a largo plazo de todos modos. Se haya producido o no la caza furtiva. En cualquier caso, éstas son conclusiones quizá apresuradas para un estudio tan limitado en su alcance. Se necesitarán muchos más estudios para llegar a comprender esa maraña inextricable que son las relaciones humanas.
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