Nadie tiene dudas del poder comercial que posee la rima. Podemos observarlo en los anuncios publicitarios (“el frotar se va a acabar”). También en la poesía, que para muchos es la quintaesencia del pensamiento bello. Y por supuesto es uno de los ardides que emplea un cantante para encandilar a las masas (“sí, tía, esa letra dice justo cómo me encuentro, parece como si me la estuviera cantando sólo a mí.”)
Las rimas, pues, son algo así como conjuros verbales. Partiendo de la base de que la magia de Harry Potter, a base de latinajos eufónicos, no existe; las rimas son lo más parecido a esa magia que sí se ha constatado que existe.
Ya el filósofo Nietzsche sostenía en su obra La gaya ciencia que la rima resulta atractiva para le mente primitiva porque parece tener connotaciones mágicas y representa una forma de hablar directamente con los dioses. Algo que ha apoya la investigación de los psicólogos Matthew McGlone y Jessica Tofighbakhsh, que usaron refranes rimados y sin rima con un grupo de participantes.
Tras pedir a los participantes que puntuaran la precisión de dichos refranes para describir el comportamiento humano, los refranes rimados obtuvieron mayor puntuación. Sencillamente, eran cápsulas de sabiduría más memorables y atractivas. Y sobre todo más fáciles de repetir.
Tal y como indica Richard Wiseman, este poder de la rima se ha usado incluso en los tribunales:
Johnnie Cochran defendió a O. J. Simpson utilizando la frase: “If the gloves don´t fit, you must acquit (literalmente: si no le sirven los guantes, tienen que absolverlo).
Ya sabéis, los refranes, aforismos y la cultura general en general, sintetizada en frases cortas y potentes, apela más fácilmente a nuestros sentimientos y, por tanto, a lo que creemos cierto. Teniendo en cuenta que prácticamente todas esas fórmulas tienen antítesis perfectas (no es difícil encontrar un aforismo que diga una cosa y otro que diga justo lo contrario), entonces ya sabéis cuál acabará por convenceros más fácilmente. ¿Los raperos son la versión chulesca de Harry Potter?
El estudio que os he referido aparece publicado originalmente en Psychological Science, número 11, del año 2000, bajo el título “Birds of a Feather Flock Conjointly: Rhyme as Reason in Aphorisms”.
Si queréis leer un poco más cómo cargo las tintas contra la rima, mayormente en el ámbito de la poesía, os recomiendo la lectura de otro artículo que publiqué bajo el ácido título La poesía me parece una estafa. En la novela Jitanjáfora y en su continuación, Jitanjáfora: Desencanto, abordo en más profundidad esta clase de persuasión verbal, así como otras estrategias para usar lo más parecido a la magia de verdad.
Vía | 59 segundos de Richard Wiseman