Los adultos que viven en vecindarios cohesionados donde las personas se llevan bien, se ayudan y se cuidan unos a otros tienen una probabilidad menor de beber en exceso en comparación con los que viven en vecindarios menos cohesionados, según sugiere un nuevo estudio.
Vivir en un vecindario altamente cohesionado puede afectar las normas sociales y restringir el comportamiento de tal manera que el consumo excesivo de alcohol es muy poco probable, incluso si surge la oportunidad de beber, señalan los investigadores.
Control social
Los investigadores también encontraron que, para aquellos que viven en vecindarios que consideran seguros y ordenados, y que tienen una red social más interconectada, la probabilidad de beber socialmente aumenta, y beber en exceso podría ocurrir en esas situaciones sociales de bebida, independientemente de cuán cohesivas sean. in embargo, el estudio también encontró que esos factores del vecindario y la red también restringen la frecuencia con la que alguien bebe en exceso, probablemente a través de procesos de control social, como amigos y vecinos que se cuidan unos a otros o comentan sobre los excesos de la bebida de alguien, etc.
El estudio rambién hallí que el consumo excesivo de alcohol era más probable entre los adultos que vivían en vecindarios ordenados y que tenían redes sociales más densas, pero informaron una menor cohesión en el vecindario.
Para realizar el estudio, los investigadores utilizaron encuestas online de adultos de entre 30 y 80 años extraídas al azar del RAND American Life Panel. Las principales variables predictoras fueron la cohesión del vecindario (los vecinos ayudan a los vecinos, se llevan bien los vecinos); orden de vecindario (mi vecindario es limpio, seguro); y densidad de redes sociales. Se examinaron las asociaciones de estas medidas con el consumo excesivo de alcohol el mes pasado (cualquier número de días), controlando las características demográficas.
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