La verdad es que nunca lo había visto como un problema pero parece que la comodidad a la hora de cocinar ha alcanzado un nuevo nivel. En este caso modificando la forma de cristalización de la sal común (ClNa) (NaCl)para evitar que se apelmace y conseguir que se deslice con más facilidad.
El cloruro sódico, que es el nombre químico de la sal común, cristaliza de forma cúbica. Tenemos sal gruesa o fina según cuanto tiempo dejemos crecer los cristales, pero la forma es siempre cúbica. Las superficies planas favorecen que los cristales queden “enganchados” y tengamos que sacudir el salero con más fuerza de lo que nos gustaría. Un poco de humedad, y siempre hay algo en el ambiente, contribuye al efecto aumentando la adhesión entre los cristales.
Para reducir este problema en lo posible, investigadores del Instituto de la Sal y Química Marina de Bhavnagar en la India, ha descubierto la forma de redondear los cristales de sal y alejarlos de su forma cúbica. Añadiendo glicina a una salmuera se modifica la forma de cristalización, los cristales dejan de adoptar forma cúbica sustituyéndola por un dodecaedro, una forma más redondeada que se desliza con facilidad.
Afortunadamente el sabor no cambia y la sal sigue siendo el mismo condimento que todos apreciamos.
Vía | The New York Times