Ahora que James Bond es casi TT gracias a sus nominaciones al Oscar por Skyfall, probablemente la entrega más seria y circunspecta de la saga, vale la pena echar un vistazo al sustrato científico de una de sus frases más repetidas (después de "Me llamo Bond..., James Bond"): "Vodka Martini; batido, no revuelto" ("Shaken, not stirred", en inglés e incorrectamente traducido como "mezclado, no agitado" en España).
Al parecer, hay diferencias en el sabor, según cómo se elabore el combinado, porque al agitarlo sin revolverlo, se "magulla" el alcohol del vodka. Pero ¿qué es lo que ocurre exactamente? Porque el alcohol no se puede magullar...
Tal y como explica Mike O´Hare, de New Scientist:
Esto se debe a que los cócteles suelen tomarse a los pocos segundos de prepararlos y no a los pocos minutos. Las burbujitas que se forman indican que un cóctel bien agitado está turbio. Lo cual influye en la textura de la bebida (es menos oleosa que la versión revuelta) y de ahí que el sabor sea ligeramente distinto. Las burbujas que se forman al agitar también pueden oxidar parcialmente los aldehídos del vermú, lo mismo que se modifica el sabor del vino tinto cuando lo oxidamos (lo que se llama vulgarmente dejarlo "respirar").
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