¿Qué es Hacemos dos preguntas a los más influyentes bloggers de ciencia?
Nombre: Alfonso de Terán Riva.
Blog: Malaciencia.
¿Qué libro cambió tu forma de pensar y en qué sentido lo hizo?
No hay ningún libro que haya cambiado mi forma de pensar. O mejor dicho, no hay un único libro que haya cambiado mi forma de pensar de forma drástica.
Mi forma de pensar ha ido cambiando o evolucionando a lo largo de mi vida, de forma gradual, sin que pueda ver (o al menos recordar) puntos de inflexión. Nunca he tenido un momento en el que, tras leer algo, pensara “¡Oh, vaya! ¡Qué equivocado estaba! Ahora me doy cuenta”. Pero sí hay lecturas que me han hecho pensar en cosas que nunca había considerado, cuestionar cosas que aceptaba sin reservas, o cambiar de opinión. Y cuando digo lecturas, no me refiero sólo a libros. Aunque hay mucho ruido, y a veces es dificil separar el grano de la paja, en la Red hay webs y blogs muy interesantes, que pueden ser muy reveladores.
Y tampoco nos podemos limitar a la palabra escrita. La radio, la televisión, el cine, o incluso una conversación con un conocido, puede hacerte cambiar un poco tu forma de pensar.
Citaré algunos ejemplos de cosas que han influído en mi forma de pensar: Los libros divulgativos para niños de Plesa; La saga de la Fundación, de Isaac Asimov; la serie de documentales Cosmos, de Carl Sagan, los posts de malaprensa, de Josu Mezo, dedicados a las encuestas o al funcionamiento de nuestro sistema electoral; o una conversación con un antiguo amigo de la universidad, un tanto peculiar, sobre cómo el teorema de Taylor y MacLaurin nos lleva al determinismo (comenté la anécdota aquí).
¿Cuál es la receta para cambiar el mundo?
Sin duda, una correcta educación. Pero EDUCACIÓN con mayúsculas, y en todos los ámbitos.
Es necesaria una mayor educación a nivel ético, para evitar que haya tanto sinvergüenza por ahí. Desde adolescentes violentos hasta políticos corruptos, hay muchos individuos en la sociedad a los que no les preocupa hacer daño a los demás, o peor aún, que disfrutan con el daño ajeno. Hay mucha “cultura del pelotazo”, y cada vez más hay gente cuya mayor aspiración es vivir del cuento, y tienen como ídolos a personajillos de la farándula sin oficio ni beneficio, que se forran sólo porque salen en la tele. Se está perdiendo la “cultura del trabajo”, la de “si lo quieres, gánatelo trabajando”.
Es necesaria también una mayor educación cultural. Cuando uno lee los comentarios que se suelen dejar en blogs o webs de noticias, es alarmante la cantidad de gente que no sabe escribir (aunque crea que sí). Faltas de ortografía por las que me hubieran suspendido en primaria, frases mal construidas e incomprensibles, insultos y gritos como argumentos, falacias lógicas… Bueno, realmente este problema es consecuencia de uno mayor: no saben expresarse. Y creo que es básico saber expresar y comunicar tus ideas, así como entender lo que dicen los demás. Si no, cualquier debate se convierte en un intercambio de insultos y frases descontextualizadas que pretenden ser lapidarias, como por desgracia vemos a menudo en la televisión.
Una mayor educación cultural, incluiría por supuesto la ciencia. ¿Cómo puede nadie tomar decisiones o formarse una opinión sobre la energía nuclear, el cambio climático, los alimentos transgénicos, la clonación terapéutica, y muchos otros temas, sin entenderlos realmente? Actualmente, los políticos toman decisiones y legislan en función de presiones e interese que poco o nada tienen que ver con la realidad de los hechos. Y el ciudadano lo acepta porque no tiene conocimientos para formarse una opinión, y simplemente sigue a los de su color.
Y una educación cientifica adecuada conlleva algo que me parece extremadamente importante: el pensamiento crítico. La mayoría de la gente acepta muchas de las cosas que les dicen, sin plantearse si es cierto o no, o si es verosimil o no. Un argumento “de peso” cuando se duda de la veracidad de una afirmación, suele ser “que sí, que debe ser verdad, que lo he visto en Internet” (hace poco era “lo he visto en la tele”). Y sin embargo, precisamente gracias a esa misma Internet, podemos buscar una gran diversidad de fuentes para contrastar la información. Ese “lo he visto en Internet” muchas veces quiere decir “lo he visto en una sóla página” (a veces, un artículo de opinión).
Otra consecuencia de una mejor educación sería también un mayor “discurso racional”. Voy a ver si me explico: en la inmensa mayoría de discusiones, en todos los ámbitos, se recurre constantemente a falacias. Es muy habitual, por ejemplo, el ataque ad hominem (rebatir una idea, atacando a la persona que la defiende, en vez de a la idea misma), el argumento ad populum (afirmar de forma gratuita que la mayoría de un colectivo opina algo, sin datos reales en la mano: “todo el mundo sabe que…” o “la gran mayoría opina que…”) o la generalización (si un individuo de un colectivo es una mala persona, todos los individuos del colectivo son malas personas). Con una buena educación, podemos, no sólo evitar usar falacias en nuestras afirmaciones, sino detectar las de los demás.
Una mejor educación nos permitiría desterrar supersticiones que algunos usan para ganar dinero de forma deshonesta (astrología, videncias y demás). Nos permitiría descubrir los 11 principios de propaganda de Goebbels en los discursos polícitos actuales, y evitar ser manipulados por ellos. Nos permitiría ver los errores de nuestro sistema político, social y económico, y pensar en la forma de corregirlos. Nos permitiría evitar injusticias y tener una convivencia mejor. Nos permitiría entender que nuestro bienestar se debe en parte a las carencias de los países en vías de desarrollo, y encontrar soluciones justas para ellos.
En resumen, pienso que la mayor parte de los problemas del mundo son consecuencia de la mala fe de unos y la ignorancia de otros (a veces, ambas cosas coinciden en la misma persona). Y la forma de cambiarlo es con una buena educación para todo el mundo.
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