Un equipo de investigadores de la Universidad de Varsovia ha desarrollado un robot del tamaño de una oruga que se mueve como lo hace en el vídeo que podéis ver a continuación.
Este robot gusano solo 15 milímetros de longitud obtiene su energía de la luz, se controla con un láser y, además de arrastrarse por superficies planas, es capaz de ascender por pendientes, contraerse para colarse por aberturas estrechas y transportar cargas que superan diez veces su peso.
Su cuerpo está hecho de elastómeros cristalinos líquidos (LCE por sus siglas en inglés), un material inteligente desarrollado por el Instituto Lens de la Universidad de Florencia que cambia cuando incide en él la luz visible. Controlando el patrón de deformación de movimiento, el robot imita las diferentes formas de andar de sus homólogos biológicos.
Hasta la fecha, los intentos de crear robots blandos se limitaron a mayor escala (típicamente decenas de centímetros), principalmente debido a las dificultades en la administración de energía y el control remoto.
Esta tecnología podrá usarse para concebir animales flexibles y deformables que sean capaces de acceder a terrenos accidentados, como una catástrofe. Según declara Piotr Wasylczyk, jefe del Centro de Nanoestructuras Fotónicas en la Facultad de Física de la Universidad de Varsovia:
Diseñar robots flexibles de materiales blandos abre un nuevo paradigma en la estructura, el suministro de energía y el control de estas máquinas. Estamos empezando a aprender de la naturaleza y a acercar nuestros diseños a los surgidos de la evolución natural.
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