Tras estudiar las obras alquímicas de Isaac Newton, el economista John Maynard Keynes afirmó, en 1942, que "Newton no fue el primero investigador de la era de la razón, fue el último de los magos".
Y es que, además de los hallazgos científicos de primer nivel que realizó, Newton también hizo guiños a la exégesis bíblicas (particularmente el Apocalipsis), la alquimia y otras pseudociencias y supersticiones.
No en vano, Newton creía que los metales vegetan, que todo el cosmos / materia está vivo y que la gravedad es causada por las emisiones de un principio alquímico.
En un manuscrito de 1704, Newton también describe sus intentos de extraer información científica de la Biblia y estima que el mundo terminaría no antes del 2060. Tras realizar la predicción, señaló: "Lo menciono para no afirmar cuándo llegará el tiempo del fin, sino para poner fin a las conjeturas precipitadas de hombres fantasiosos que con frecuencia predicen el tiempo del fin, y al hacerlo desacreditan las sagradas profecías tan a menudo como sus predicciones fallan".
De hecho, Newton se consideraba a sí mismo como uno de un grupo selecto de personas que fueron especialmente elegidas por Dios para la tarea de comprender las escrituras bíblicas.
Alquimia
La alquimia está estrechamente ligada a la filosofía natural. Formaba parte de la antigua tradición protocientífica. Algunos de los principios básicos de la alquimia se encuentran dentro del concepto de inmortalidad y transmutación. Así pues, los alquimistas investigaron ávidamente para desarrollar una receta que pudiera adherirse a estos conceptos. Porque la transmutación ayudaría a convertir un metal base en un metal noble. Aparte de esto, hubo estudios sobre un elixir de inmortalidad.
Entre el total de 10 millones de sus palabras supervivientes en incendio, más de 1 millón de palabras escritas por Newton se centraron en el tema de la alquimia.
Su trabajo sobre la alquimia salió a la luz cuando se hicieron públicos sus manuscritos del siglo XVII. El físico buscaba la piedra que contiene la respuesta a muchos misterios alquímicos. Sobre todo, su manuscrito detalla el procedimiento para realizar uno de los elementos críticos de esta piedra.
Para Newton, la piedra filosofal también encarnaba el matrimonio morganático perfecto entre verdades teológicas y filosóficas. Como hombre de ciencia y religión, eso no es de extrañar.
Según Newton, fue la piedra filosofal la que mantuvo el universo unido y en funcionamiento. Creía que era omnipresente y sin ella, el universo nunca habría sostenido la vida. Además, fue su obsesión por esta piedra lo que le ayudó a formular una de las teorías más populares de la ciencia: la de la gravedad. Newton relacionó la materia que causa la gravedad con la piedra filosofal.
Por otro lado, no fue el único fanático perseguidor de esta codiciada piedra. Muchos científicos eminentes de la época de Newton trabajaron para fomentar la alquimia y encontrar formas de resolver este misterio.
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