Los objetos cotidianos que nos rodean suelen ser pequeños misterios de la ingeniería, la química, la física y cualquier otra disciplina. Sólo hay que tener la mente abierta e inquisitiva, y de repente lo que nos rodea adquiere más importancia que los objetos míticos de las leyendas. Así pues, seguro que más de uno se habrá preguntado alguna vez cómo se logra que las pastas dentales con las que nos cepillamos los dientes sean de varios colores, surgiendo del tubo de esa forma tan uniforme, como las trazas de color de una bandera vermiforme, como gusanos multicolores.
Buceando por Internet se pueden encontrar respuestas más o menos precisas o elucubraciones de la gente de a pie, así que probablemente incluso exista más de una forma de conseguir el mismo efecto. Pero si he de quedarme con alguna explicación, es la que hace años recorté de una revista de divulgación científica de la cual ya ha olvidado el nombre.
En ella, Linda Murray, portavoz de la compañía Smith Kline Beecham, que fabrica la pasta dental Aquafresh, uno de los más conocidos dentífricos del género tricolor, ofrecía la siguiente explicación:
La Aquafresh contiene tres ingredientes. Uno gelatina de color turquesa, otra roja y una pasta blanca. Durante la fabricación, se inyectan las tres a la vez en el tubo y luego se sella. Como cada material tiene una consistencia diferente, permanecen separados; de modo que si se abre el tubo se observarán tres franjas de color desde el fondo hasta la boquilla. Cuando se exprime un poco en el cepillo, cada una contribuye su parte, de forma que lo que se deposita sobre las cerdas es igual al contenido del tubo, con una franja blanca, otra roja y otra de color aqua.
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