Hasta hace pocas semanas, la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido (FSA) recomendaba que no se consumieran huevos después de su fecha de consumo preferente.
Ahora, en cambio, opinan que se pueden utilizar durante uno o dos días después de esa fecha, siempre que estén bien cocinados.
La fecha de consumo preferente de un alimento indica que, si se conserva en las condiciones adecuadas, mantendrá su calidad hasta ese momento (su aroma, textura, gusto y apariencia).
La mayoría de los alimentos están etiquetados con este tipo de fecha.
Si se supera, el consumo del alimento debería ser seguro, pero su calidad no será óptima. Por tanto, no hay razón para tirar indiscriminadamente a la basura cualquier producto que haya superado su fecha de consumo preferente, una costumbre que está provocando un enorme despilfarro de alimentos.
Antes de tirarlos, pruébelos: pueden estar perfectamente comestibles.
Las fechas de caducidad, en cambio, se utilizan sólo en alimentos muy perecederos y están relacionadas con la seguridad.
Superada la fecha de caducidad, el consumo de esos alimentos pueden entrañar un riesgo de intoxicación alimentaria. Conviene respetarlas siempre.
Vía | OCU