Dejando a un lado sumbarinos de ficción como el que aparece en Veinte mil leguas de viaje submarino, una de las obras literarias más conocidas del escritor francés Julio Verne, el submarino más grande jamás construido se botó en 1980.
Concretamente, la OTAN anunció la botadura del 941 Akula en el astillero ruso de Severodvinsk, en el Bar Blanco, el 23 de septiembre de ese año.
Gigante submarino ruso
Este submarino era un mastodonte que medía 171,5 metros (2,5 veces la longitud de un jumbo 747) y contaba con 20 misiles balísticos de alcance de 8.300 kilómetros. Los misiles balísticos que portaban también eran difíciles de manejar debido a su gran tamaño. Solamente podían ser transportados por raíles y luego eran izados por una potente grúa para cargarlos en los silos verticales a bordo del submarino.
Akula significa "tiburón" en ruso.
Este submarino nuclear de tercera generación tiene mucha más maniobrabilidad, a pesar de su gran tamaño y peso, y es más silencioso que sus predecesores. El motor del buque consiste en 2 reactores nucleares de agua presurizada OK-650 y dos máquinas ensambladas que constituyen una turbina de vapor para cada reactor.
El submarino estaba impulsado por dos enormes hélices de 4 m de diámetro y siete palas. Dichas hélices están montadas de forma inversa una de otra, de modo que cada una gira en sentido inverso a la otra, consiguiendo así un flujo mayor y por lo tanto más impulso.
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