Después de comer M&M's, las abejas producen miel de colores

Los M&M's (los Lacasitos americanos) son un vicio. Son pequeños pedazos de chocolate con leche revestidos de azúcar, producidos por Mars Incorporated. Los M&M's fueron vendidos por primera vez en Estados Unidos en 1941. Fueron llevados por astronautas en un viaje espacial en 1982.

Incluso podrían provocar que la miel de las abejas fuera de colores. Es al menos lo que sugieren los expertos que han descubierto miel de colores: los insectos podrían haber comido unos desechos azucarados procedentes de una fábrica de M&m's.

Lo descubrieron unos apicultores de Ribeauville, en la región de Alsacia (Francia): sus abejas están produciendo una miel de color verde y azul. Por otro lado, aún queda por determinar si la miel de colorines es apta para su ingesta. De momento, los apicultores de Ribeauvillé están de acuerdo con los expertos que desaconsejan y alertan los peligros de su consumo: "El producto no es vendible. Esto no es miel".

Otras cosas que afectan a las abejas

Las abejas, al comer, no sólo pueden cambiar el color de su miel. También pueden cambiar sus genes. La epigenética está revelando que la alimentación incluso modifica nuestros genes y, en consecuencia, la herencia que les dejaremos a nuestros descendientes, pero en el caso de los seres humanos no es tan patente como en el de las abejas.

Eso sucede porque las abejas poseen una estructura genética idéntica y, durante su etapa como larvas, tienen el mismo aspecto.

La mayoría de las larvas recibe como alimentación una mezcla de miel y polen. Las larvas, entonces, se transforman en estériles abejas obreras. Sin embargo, las larvas que son alimentadas con jalea real, acaban convirtiéndose en fértiles abejas reinas.

Lo que sucede que es que el puré de miel activa un proceso de metilación que anula ciertos genes responsables del desarrollo y transforma a las larvas en abejas obreras.

Abejas

Sólo en Estados Unidos, las abejas polinizan cultivos por valor de 19.000 millones de dólares al año. Sin ellas no existiría la agricultura y toda la cadena trófica se iría al garete.

Por ejemplo, para polinizar una hectárea de manzanos son necesarias 80.000 abejas; y en una hectárea de manzanos produce 500.000 manzanas (700 manzanas por manzano). Imaginaos el poder que tiene este pequeño insecto, y la de veces que hemos deseado aplastarlo si saber que su extinción comportaría, tal vez, la nuestra.

No les tengáis miedo, morir por la picadura de una abeja, aunque posible, es más improbable que hacerlo por el impacto de un meteorito o la fuerza desbordante de un tornado.

Vía | AbadíaDigital

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