En muchos países existe una práctica denominada DST (daylight saving time), que consiste en mover el horario una hora en verano respecto al invierno. Es una práctica empleada sobre todo en países del Hemisferio Norte, y cuenta con una curiosa historia y también una larga controversia a lo largo del tiempo.
La ocurrencia fue de un tal William Willet, que durante un paseo a caballo del cual estaba disfrutando grandemente, se sorprendió de que la mayoría de sus compatriotas ingleses estaban durmiendo en la mejor hora del día. Así que hizo su propuesta y al cabo de unos años (en 1916) se comenzó a aplicar en Alemania y otros países europeos. Rusia se unió al sistema de "horario de verano" al año siguiente, y EEUU en 1918.
Actualmente la principal utilidad que se le da es el ahorro energético, estimado en algunos casos cercano al 5% durante los meses de aplicación del horario de verano. Los inconvenientes son muchos y variopintos. Afectan a los sistemas de registro de datos, a la maquinaria industrial, a los procesos guiados por un ordenador que requieren una secuencia temporal, etc. Es decir: algo parecido al temido efecto 2000 pero en pequeñito.
Se dice que favorece las actividades de ocio y los movimientos del tráfico en la tarde (pues la tarde tiene una hora más de luz), pero en cambio molesta a otras actividades más "mañaneras", como los trabajos agrícolas o de abastecimiento de los comercios, que pierden una hora de luz a la mañana. Además se han hecho múltiples estudios sobre la influencia de este horario en la incidencia de atropellos, ceguera, criminaldad, y una largo etcétera.
Actualmente muchos países lo usan, pero otros tantos que lo usaban han dejado de hacerlo, por sus nimias ventajas y su engorrosa aplicación. El resto de países nunca la ha utilizado y es probable que nunca lo utilicen.
Más información | Wikipedia y marrufo9