Cuando examinamos cómo se hace añicos un cristal a la extraordinariamente lenta velocidad que permiten las grabaciones de 340.000 fotogramas por segundo (una película requiere generalmente 24 fotogramas por segundo), este acto tan cotidiano y familiar se convierte en un hecho asombroso. Son los chicos de Slow Motion los que nos lo demuestran en el vídeo que encabeza esta entrada.
La interfaz entre el cerebro y la visión del ser humano puede procesar de 10 a 12 imágenes separadas por segundo, percibiéndolas individualmente (si excede este número se percibirá como movimiento). En la industria cinematográfica, donde todavía se utilizan carretes, la industria estandarizó la filmación y proyección en formatos de 24 FPS.
Vía | Microsiervos
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