En España también hay mucha tradición de micronaciones. La micronación celtíbera más destacada es la República Senatorial de Timeria, formada por un grupo de españoles que pretenden regirse mediante la propiedad privada y sus terrenos adquiridos.
Fue en febrero de 2003, cuando un grupo de 12 individuos, basándose en las experiencias de un multimillonario de Nevada, fundó Timeria. No tienen aspiraciones separatistas ni independentistas y aceptan funcionar plenamente integrados en territorio español, así que nadie se ponga nervioso. Respetan las leyes españolas, pero aspiran a regirse por un sistema de gobierno propio. Desde 2005, Timeria está constituida por ciudadanos (70 en total) que habitaron poblaciones abandonadas del sur de Cartagena, convirtiéndose así, junto a Sealand y République du Saugeais, en la tercera micronación de Europa que dispone de un territorio que se puede ver y tocar.
El territorio está situado en la costa sureste de España; limita al norte con la Unión de Micronaciones Helenísticas, y al oeste con Sarre. La mayoría del territorio es escarpado y montañoso, excepto la capital, que es completamente arenosa; y se divide administrativamente en Regiones y Provincias, que también tienen su propio gobierno. Están comunicados con carreteras hacia Murcia, Cartagena, Alicante y Almería. No tiene Policía Micronacional porque cada territorio dispone de sus propias fuerzas de seguridad.
A nivel cultural, en Timeria también encontraremos la Biblioteca de Hermenépolis, que tiene un fondo bibliográfico de más de 50 tomos para difundir la cultura timeria; además dispone de ocho ordenadores de uso público y gratuito. Algunas de las obras más importantes escritas por ciudadanos timerios son: El micronacionalismo como concepto de lucha política en el Siglo XXI de Guillermo Negro (2004); El Estado Digital de Abraham Jasbleidy (2007); Economía y Política en una Micronación Estable de Wiew Wers (2007); El Estado Híbrido de Abraham Jasbleidy (2007).
Hace poco, Timeria pasó por serios problemas económicos. Las empresas que se iban instalando en el territorio acababan cerrando, y la escasa densidad demográfica no ayudaba. Y, aunque como idea utópica, muchos vecinos de Cartagena, sobre todo jóvenes, se sentían inspirados por Timeria y trataron por todos los medios que saliera adelante, las continuas trabas que imponía el gobierno español de entonces, el Partido Socialista, para que Timeria prosperara, provocó que muchos optaran por fundar sus propias micronaciones.
Lamentablemente, em septiembre hubo un duro golpe contra la biodiversidad micronacional: Timeria dejó de existir. Lástima, porque su plato típico era el pan con tomate y aceite de oliva; sólo por eso valía la pena la visita.
Como forma de simulación social, económica y política, también nació Nova España, una micronación que intenta seguir a rajatabla el estilo de vida español durante la edad colonial, cuando el imperio dominaba el Mediterráneo. Incluso tienen monarquía absoluta e izan la bandera de borgoña. Bajo la misma premisa existe el Reino de Riboalte, que fue fundada en 1999 y tiene el español y el catalán como lenguas oficiales; con presencia virtual en Europa y dos islas pequeñas al norte de África, el Reino de Riboalte se rige por una monarquía constitucional.
Con más sentido del humor que verdadero interés geopolítico, en la población barcelonesa de Sant Cugat del Vallés se encuentra Cal Sebas, un miniestado con varios años de antigüedad cuya existencia orbita alrededor de los torneos de futbolín que se disputan entre sus ciudadanos. Con más años a sus espaldas, en Madrid funciona Tribu Tatúa, formada por un grupo de amigos en los años 1980. Poseen bandera, escudo e himno (Niña, si estás sola). Entre 1985 y 1992, organizó 6 olimpiadas, y en honor a su historia se han compuesto nada menos que 62 canciones.