Erysimum incanum es una variedad recortada de flor de pared que crece en los matorrales de España y el noroeste de África. Casualmente, mientras se estaba esutiando en laboratorio, se pudo registrar cómo se autopolinizaban.
Para reproducirse, las plantas confían en el viento, o en los polinizadores como las abejas, a fin de transferir el polen de una flor a otra. Pero si los polinizadores no han aparecido, muchas plantas pueden auto-fertilizarse. Ahora, los investigadores han descubierto una nueva forma para llevar a cabo este procedimiento, como podéis ver en el siguiente vídeo.
Erysimum incanum
Según informan los investigadores en The American Naturalist, las semillas de la auto-fertilización se convirtieron en plantas sanas sin problemas de endogamia. Otra señal de que la estrategia reproductiva da sus frutos: las plantas autofertilizadas produjeron tantas semillas como las que se fertilizaron a mano con polen de otras plantas.
Los investigadores registraron los giros lentos de sus anteras (parte del estamble). A veces, las anteras frotaban su polen directamente sobre el estigma, la estructura central que contiene el ovario. En otras ocasiones, las anteras se frotaban unas contra otras, causando que el polen cayera sobre el estigma.
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