Aunque puede sonar a Ciencia Ficción, una misión a Marte no es tan descabellada. Se han enviado varias misiones no tripuladas a Marte como la Mars Pathfinder, Surveyor Viking, Mars Global o Phoenix Mars Lander, pero hay un montón de retos antes de que pudiéramos establecer una colonia permanente.
En principio tendríamos que pensar en el trayecto. A día de hoy, la NASA podría construir un vehículo especial que se encargaría de trasladarnos a Marte. De hecho, eso es lo que el proyecto Orion pretendía lograr antes de los recortes del presidente Barack Obama a principios de 2010.
Pero sinceramente, parece que un viaje a Marte no vaya a ser rentable alguna vez. Y en virtud de la decisión de Obama al recortar el programa Constellation a principios de 2010, parece que tendría que ser financiado con fondos privados.
Las estimaciones de algunos expertos han puesto como precio unos cientos de miles de millones de dólares. Estos costes se pueden atribuir a muchos factores, pero uno grande radica en la necesidad de enviar varios vehículos para un viaje de regreso a la Tierra.
Aunque la idea más radical sería renunciar al viaje de vuelta, en su lugar, los viajeros tendrían que quedarse y crecer, con refuerzos periódicos de personas y suministros. Estos viajes de ida podrían reducir los costes considerablemente, quizás unas 10 veces, según algunos expertos.
Pero, en caso de hacer el viaje ¿afectaría a nuestra salud?
Un viaje a Marte tarda entre siete meses y un año, lo que supone un buen tiempo encerrado en una nave espacial, algo duro incluso para expertos de la NASA. Pero no acaban ahí los problemas, los astronautas se enfrentan a una variedad de problemas de salud cuando el cuerpo está sometido a la gravedad cero.
La exposición prolongada a gravedad cero provoca deterioro óseo y muscular.
Otros problemas de salud incluyen una disminución en el acondicionamiento cardiovascular, el ejercicio puede ayudar pero incluso los astronautas cuando pasan seis meses en la Estación Espacial Internacional pierden músculo y densidad ósea, a pesar de someterse a dos horas de ejercicio diario.
Vía | Discovery