Resulta ser una costumbre muy arraigada en las altas esferas, las cenas importantes y demás, que el anfitrión se sirva el vino primero a sí mismo, antes que a sus invitados. Las razones que subyacen a esta costumbre son, básicamente, tres.
1. El anfitrión es el conejillo de indias con el vino. Al abrir la botella, algunas partículas de corcho pueden haber caído en el interior de la misma y, por ello, el anfitrión debe evitar que pasen a la copa de sus invitados y preferir entonces que queden en la suya.
2. El anfitrión también se sirve primero para catarlo y saborearlo, así está seguro de ofrecerlo en buenas condiciones.
3. En tiempos pretéritos, cuando no se usaba el corcho para tapar las botellas, se vertía aceite en las ánforas para preservar el vino del exterior. El aceite sobrenadaba en el cuello del ánfora y, por ello, quien servía el vino debía escanciar la primera copa en el suelo o en un recipiente para eliminar el aceite del vino que se iba a servir. Así pues, antaño tenía su sentido pero, hogaño, ésta es una costumbre sin verdadero sentido práctico.
Bonus Track: El vino se debe servir en copas de cristal liso, grandes, finas, transparentes, sin dibujos y en forma de tulipa, con un cuenco del tamaño de una manzana o un puño. Los rosados y los blancos secos, aromáticos, dulces y espumosos, deben servirse a seis grados; los tintos muy jóvenes y afrutados, a unos diez. Sea como fuere, no abuséis de él: Científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) acaban de elaborar un estudio que ha sido publicado en la revista médica BMJ Open que sugiere que la cantidad de alcohol recomendable diariamente para mejorar nuestra salud no era tan elevado como hasta ahora creíamos (2 o tres copas diarias de vino), sino una mísera media parte de una copa de vino (5 gramos).
A propósito del precio disparatado de algunos vinos, ¿vale la pena pagar por ello? Para responder a esta pregunta, os emplazo a echar un vistazo al artículo ¿Este vino es mejor porque tiene un precio más alto? Las cosas nos gustan porque valen caras, no porque sean mejores.