Corre por ahí un divertidísimo cortometraje titulado El asesino horripilantemente lento con el arma extremadamente ineficaz, en el que un asesino, con paciencia y tenacidad, intenta matar a una persona dándole pequeños golpes con una cuchara. Bajo esta misma premisa, hoy vamos a formularnos en Xataka Ciencia una pregunta absurda (o no tanto): ¿sería posible matar a una persona cortándole con un papel?
Algunos cortes de papel pueden ser ciertamente dolorosos, sobre todo si nos lo hacemos en la yema de los dedos. Bien lo saben los oficinistas que andan trajinando todo el día afiladísimas hojas de papel. La razón de que duela tanto un corte tan superficial, es que la yema de nuestros dedos tienen una concentración extremadamente alta de nociceptores, fibras nerviosas que envían señales de tacto y dolor al cerebro; son terminaciones nerviosas libres de neuronas sensitivas primarias, cuyos cuerpos neuronales se encuentran en los ganglios raquídeos. Esto hace que los dedos sean especialmente sensibles en comparación con otras partes de nuestro cuerpo.
Sin embargo, aunque doloroso, resulta difícil matar a una persona de ese modo, aunque le practiquemos miles de cortes con el papel. Una persona con una capacidad de coagulación normal debería de perder casi un 40 % de su sangre de forma casi inmediata para desangrarse; y las arterias, como la radial del brazo o la femoral de la pierna, están ocultas bajo demasiada carne como para ser sajadas por una hoja de papel.
Sin embargo, no cantéis victoria. Solo en Estados Unidos hay 12.600 personas que sí que podrían morir si les atacan con una hoja de papel. Son personas que padecen un trastorno llamado trombastenia de Glanzmann. Tal y como explica Beau Mitchell, especialista en disfunciones sanguíneas en el Centro de Sangre de Nueva York, si una de esas personas sufriera un corte en un vaso sanguíneo externo, como el que está bajo la lengua, su sangre no sería capaz de coagularse para taponar la herida.
Transcurridas solo ocho horas después del corte, esta clase de personas pueden perder el 25 % de su sangre. Sin tratamiento médico, sus cuerpos no generarían suficientes células sanguíneas para sustituir a las perdidas, y fallecerían en cuestión de días.
Pero si no sufrís este trastorno, todavía no estáis a salvo de morir por culpa de un corte de papel. Si el asesino es experto en origami, entonces puede mataros, tal y como explican en el libro ¿Sabías qué...? de Bjorn Carey:
Según Ronald Duncan, maestro del ninjutsu, un arte marcial, todos podemos doblar un trozo de papel al estilo origami para confeccionar un cuchillo afilado. Duncan entrena a los oficiales de policía y a los militares para que tengan cuidado con estas armas, porque un jab directo a la arteria carótida del cuello podría resultar fatal.
Pero si de verdad sois unos expertos en papel, entonces podéis fabricar un arma aún más mortífera: una ballesta de papel. Los chicos de Cazadores de Mitos ya lo hicieron: