A pesar de que hay diversas iniciativas para no solo ampliar la longevidad humana sino incluso alcanzar la inmortalidad, de momento, con nuestra biología actual, parece que existe un límite para nuestra esperanza de vida: unos 115 años.
Al menos es lo que sugiere un análisis publicado en la revista Nature por parte de investigadores del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York.
¿Solo 115 años?
115 años es una edad que ya ha alcanzado algún miembro de la especie humana, pero la probabilidad de que haya una persona viva con 125 años en cualquier lugar del mundo es menos de 1 entre 10.000. Eso sucede porque, a partir de los 100 años, la probabilidad de sobrevivir desciende repentinamente.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores examinaron la información de la Base de Datos de Mortalidad Humana, que recopila los datos de mortalidad y población de más de 40 países.
Analizando los datos de la edad máxima alcanzada entre 1968 y 2006, detectaron que la edad de las personas de 110 años o más había aumentado rápidamente entre 1970 y 1990 pero alcanzó un límite sobre 1997, que coincide con el año que murió la persona con más edad documentada de la historia: Jeanne Calment con 122 años de edad. Y 125 años sería el máximo absoluto alcanzable.
Estos casos de edades tan altas son, como se ha dicho, muy puntuales, de modo que el tope en general parece estar alrededor de los 115 años.
¿Verdadero límite?
Según explica Jan Vijg, autor principal del estudio:
Los demógrafos, al igual que los biólogos, afirmaban que no había razón para pensar que el aumento de la longevidad se frenaría pronto. Sin embargo, nuestros datos indican de manera clara que el límite ya se alcanzó en la década de 1990. El progreso contra las enfermedades infecciosas y crónicas puede continuar aumentando la esperanza de vida media, pero no el máximo tiempo de vida (...) tal vez los recursos que se gastan ahora para aumentar la esperanza de vida deberían destinarse a mejoras en la atención sanitaria que se presta a los ancianos
Para los autores del estudio, este estancamiento no implica que el envejecimiento esté programado genéticamente. El límite de la longevidad sería más bien una consecuencia secundaria de los procesos que nos permiten desarrollarnos, crecer y reproducirnos, y que provocan que nuestro organismo acumule daños a lo largo del tiempo.
Sin embargo, el director fundador del Instituto Max-Planch para la investigación demográfica de Rostock, James Vaupel, es crítico con este estudio y cree que no aporta nada a la comprensión científica de cuánto vive el ser humano.
Ver todos los comentarios en https://www.xatakaciencia.com
VER 0 Comentario