Como ya explicamos, se tardó casi 100 años en reconocer públicamente el peligro que entrañaba el tabaco. Desde entonces, el cerco contra el tabaco se ha ido estrechando: cada vez está prohibido fumar en más lugares públicos, se elevan los precios, etc.
Sin embargo, a pesar de todo, a pesar incluso de que cada vez hay menos fumadores, las empreas tabaqueras están ganando ahora más dinero que hace quince años.
¿De dónde vienen los ingresos?
Los estadounidenses gastaron más en las tiendas al por menor en cigarrillos en 2016 que en cerveza. El gasto medio en tabaco en España en 2014 ha sido de 282,39 euros por persona, un 37% más que en 2013. Cada español fuma de media al año 2.481 cigarrillos, lo que supone 124 cajetillas por persona. De esta forma, España se sitúa así en el puesto número 2 en del ranking mundial de consumidores de tabaco, junto con Grecia, Bulgaria, Polonia y la República Checa.
Hace quince años, este auge no parecía posible. La industria se enfrentó a un futuro de creciente regulación y disminución de las ventas. Sin embargo, lo que hicieron las empresas fue aumentar los precios.
Así pues, a peasr de que el número de cigarrillos vendidos en Estados Unidos cayó un 37% entre 2001 y 2016, los beneficios crecieron en un 32%.
¿Cómo es posible que ocurriera algo así? A medida que las empresas se fueron uniendo para combatir el cerco y el descenso de fumadores, se redujeron los costos y aumentaron el poder de fijación de precios, junto con los beneficios. Así, un paquete de cigarrillos promedio costaba 3,73 dólares en 2001. En 2016, 6,42 dólares.
Impuestos
Estados Unidos, además, constituye un rara avis por otra razón: los impuestos son a menudo más bajos en los Estados Unidos que en otras partes del mundo desarrollado. Alrededor del 42% del precio medio del paquete de Estados Unidos son impuestos. En Gran Bretaña, por ejemplo, los impuestos representan el 82% del paquete promedio.
Gracias en parte a la Primera Enmienda, los productores de tabaco de los Estados Unidos tampoco están restringidos por algunas de las normas más estrictas en materia de marcas y sanidad que se introducen en otros lugares. Por ejemplo, no deben advertir obligatoriamente con una advertencia sobre lo perjucidial que es fumar para la salud acompañado de una imagen truculenta.
Frente a estos vientos en contra, los ejecutivos del tabaco saben que el boom de hoy no durará para siempre, y están invirtiendo fuertemente para desarrollar productos que dicen son más seguros. Altria y Reynolds se han diversificado en el tabaco sin humo, un mercado que sigue creciendo en volumen. Reynolds vende chicle de nicotina, mientras que Altria es propietaria de una empresa de vino en el estado de Washington y tiene una participación del 10% en Anheuser-Busch InBev NV, la cervecera más grande del mundo.
Philip Morris International Inc. ha gastado $ 3 mil millones en el desarrollo de productos de próxima generación, incluyendo un dispositivo, llamado IQOS, que suministra nicotina calentando cilindros de tabaco en lugar de quemarlos.
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