La cebada, el maíz, la quinoa, el arroz, el centeno o el trigo son algunos ejemplos de granos enteros que pueden alargar nuestra esperanza de vida, según un meta-análisis llevado a cabo por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard T.H. Chan en Massachusetts.
Es importante destacar que se coman enteros, porque el proceso de refinación reduce en gran parte de los valores nutricionales de estos alimentos.
El estudio, pues, se ha llevado a cabo con casi 800.000 pacientes a través de datos del Sistema Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) III y NHANES entre 1999-2004, sugiriendo que por cada 16 gramos de porción de granos enteros consumidos, se disminuye 7% de las muertes totales, el 9% de muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares y el 5% en las muertes relacionadas con el cáncer.
Con todo, estos porcentajes crecían a medida que se consumía mayor cantidad de granos enteros: de este modo, los que consumían 48 gramos de grano entero por día tenían un 20% menos de riesgo de mortalidad. Tal y como explica Qi Sun, líder de este estudio que ha sido publicado en la revista Circulation:
Estos hallazgos sugieren que un mayor consumo de cereales integrales facilita la prevención de enfermedades. En base a la evidencia sólida de este meta-análisis y numerosos estudios previos que colectivamente documentan los efectos beneficiosos de los granos enteros, creo que los expertos en salud deben recomendar por unanimidad el consumo de grano entero a la población en general, así como a los pacientes con ciertas enfermedades, para ayudar a lograr una mejor la salud y tal vez reducir la mortandad.
Vía | MedlinePlus
Imagen | Ruocaled
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