Las personas que viven en regiones más frías con menos luz solar beben más alcohol que sus contrapartes en un clima cálido, según un nuevo estudio de la División de Gastroenterología de la Universidad de Pittsburgh.
Es algo que todos hemos asumido desde siempre, pero que no se había estudiado hasta ahora.
No ayuda a combatir el frío
El estudio, publicado Hepatology, halló que a medida que caían las horas de temperatura y luz solar, aumentaba el consumo de alcohol. Los factores climáticos también se relacionaron con el consumo excesivo de alcohol y la prevalencia de hepatopatía alcohólica, una de las principales causas de mortalidad en pacientes con un consumo excesivo y prolongado de alcohol.
Hay muchos factores que predisponen a beber más alcohol: una es porque hace frío. Sin embargo, el alcohol es un vasodilatador: aumenta el flujo de sangre caliente a la piel, que está llena de sensores de temperatura, por lo que beber puede aumentar la sensación de calor. Por el contrario, lo que hace el alcohol es provocar que acabemos teniendo más frío.
Otro factor son las pocas horas de luz, que propician la depresión, lo que a su vez hace aumentar el consumo de alcohol.
Estas tendencias fueron ciertas tanto en la comparación entre países de todo el mundo como en la comparación entre condados dentro de los Estados Unidos.
Al buscar patrones de cirrosis, los investigadores tuvieron que controlar los factores de salud que podrían exacerbar los efectos del alcohol en el hígado, como la hepatitis viral, la obesidad y el tabaquismo.
Además de resolver un viejo debate, esta investigación sugiere que las políticas dirigidas a reducir la carga del alcoholismo y la enfermedad hepática alcohólica deberían apuntar a áreas geográficas donde es más probable que el alcohol sea problemático.
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