Empieza el frío (aunque le cuesta) y, con ello, se propagan los resfriados. Sobre todo porque nos hacinamos en lugares cerrados y calientes, todos muy juntos. Sobre todo si tenemos en cuenta que el alcance de los estornudos en mayor de lo que se creía.
Así pues, si debemos estornudar (o toser), no solo hay que taparse la boca. El estornudo verdaderamente saludable, en el sentido de que evitaremos con más facilidad contagiar a otras personas, consiste en hacerlo en un pañuelo de papel (que luego tiraremos) o en la parte interna del codo.
¿Por qué no basta con taparse la boca con la mano? Porque, tal y como demostró un estudio de Wladimir Alonso, del Instituto Nacional de Salud de Bethesda (Maryland), las manos quedarán contaminadas y las llevaremos a boca y mucosas con relativa frecuencia. En el estudio se analizó a 250 personas escogidas al azar que viajaban en el metro de Washington, y se descubrió que tocaban algún objeto de su entorno una media de 3,3 veces por hora y, simultáneamente, se tocaban la cara una media de 3,6 veces.
La parte del cuerpo (cerca de nuestra cara) que tiene menor probabilidad de entrar en contacto con nuestras mucosas, o que luego dejemos contaminado los pomos de las puertas, las barandillas y otros objetos, es la parte interior del codo. Si bien es cierto que estornuda o toser haciendo ese gesto puede que provoque cierta sensación de extrañeza en los demás.
Imagen | paultom2104
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