El otro día abundábamos en la idea de que la obesidad también podría ser resultado del abaratamiento de la comida, de la comida muy calórica y poco saludable, fundamentalmente. También ha sido noticia últimamente los esfuerzos económicos que ha realizado la industria de las bebidas azucaradas para evitar que salgan a la luz datos sobre lo pernicioso que es consumir sus productos.
Frente a todo ello, la Organización Mundial de la Salud ha planteado la idea de incrementar un 20% los impuestos sobre las bebidas azucaradas.
Una sola lata de refresco convencional contiene más del 100% de todos los azúcares libres considerados óptimos por la OMS para un día. Los azúcares libres engloban la glucosa, la fructosa o el azúcar de mesa que se añade artificialmente a las bebidas y las comidas, así como los que están de forma natural en productos como la miel o los zumos.
LA OMS aconseja así reducir en un 10 o un 30 por ciento los precios de las frutas y verduras frescas; aumentar los impuestos en los alimentos con alto contenido en grasas saturadas, trans y sal; e incrementar el precio del tabaco.
Mayor obesidad y diabetes
La propuesta de la OMS, recogida en un nuevo informe titulado Las políticas fiscales para la dieta y la Prevención de Enfermedades no Transmisibles (ENT), tiene como objetivo disminuir el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y la caries dental. Según Francesco Branca, director de Nutrición, Salud y Desarrollo de la OMS, en un comunicado emitido por su institución:
Desde un punto de vista nutricional la gente no necesita azúcar en sus dietas. La OMS recomienda que si la gente consume azúcares libres, mantenga su consumo por debajo del 10% de sus necesidades energéticas globales y las baje a menos del 5% para obtener beneficios adicionales para su salud.
Esta recomendación se sustenta en el hecho de que en el año 2014 el 39 por ciento de las personas mayores de 18 años tenían sobrepeso y de que entre los años 1980 y 2014 se duplicó la prevalencia de hombres y mujeres con obesidad. También se ha producido un incremento notable de los casos de diabetes, los cuales han pasado de 108 millones en 1980 a 422 millones en el año 2014.
Hungría ya tiene un impuesto a los productos con alto nivel de azúcar, sal o cafeína y Reino Unido impondrá un impuesto a los refrescos a partir de 2018. ¿Os parece una medida eficaz para combatir la mala alimentación?
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