El abuso de cannabis puede causar psicosis (fumar en cachimba también mata, y vapear no se sabe qué produce)

Desde Xataka Ciencia siempre hemos sido muy críticos con el hábito de fumar, sobre todo con las informaciones que durante décadas le restaban importancia a la relación entre tabaco y salud: La escandalosa mentira del tabaco asesino (I) y (II). Aunque, todo hay que decirlo, algunos mensajes disuasorios en las cajetillas de tabaco tampoco parece la mejor forma de concienciar a los fumadores.

Fumar hace que envejezca tu cara. Fumar es malo para tus pulmones, pero también para tu cerebro. Y fumar cannabis tampoco parece ser la panacea: puede producir alteraciones del sistema nervioso equiparables a la psicosis y esquizofrenia, siendo más vulnerables los fumadores propensos a dichos desórdenes, y también los niños (porque no han alcanzado la plena maduración de su sistema nervioso).

Según una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el abuso del cannabis y de su compuesto activo, el THC, incrementa el peso de la inhibición sobre el sistema NMDAR (la causa principal de la esquizofrenia es la disfunción de un receptor del glutamato, el NMDAR, que implica el aumento de los niveles de dopamina característico de los efectos psicóticos).

Con todo, el cannabis tiene posibilidades terapéuticas, de modo que los investigadores buscan la manera de disminuir dicha influencia vinculada a la esquizofrenia y preservar sus efectos beneficiosos.

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Cachimbas

Según un estudio realizado conjuntamente por el Instituto Nacional de Salud de California (EEUU) y publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, las pipas de agua o cachimbas tampoco son inofensivas si las comparamos con fumar cigarrillos.

En el estudio se han usado biomarcadores para investigar el grado en que los fumadores de pipas de agua (55 con edades comprendidas entre 18 y 48 años) están expuestos a la nicotina y demás compuestos orgánicos volátiles. Tras realizar análisis de orina antes y después del consumo de la cachimba, se descubrió que tras el consumo la orina contenía niveles elevados de nicotina, butanol y cotinina. Y la muestra del día siguiente seguía conteniendo niveles significativos de todas estas sustancias. Además, el aumento en los niveles de nicotina fue comparables a los que obtendría una persona después de haber fumado al menos un cigarrillo.

Los consumidores de cachimbas también están expuestos a la adicción propia a la nicotina que sufren los fumadores habituales de cigarrillos. Según Gideon St Helen, líder del estudio:

También es importante la exposición a los compuestos cancerígenos en el humo de la pipa de agua, tales como el benceno, que se sabe que causa la leucemia, el cáncer más común entre niños y adolescentes.

Cigarrillos electrónicos

Los efectos a largo plazo de vapear todavía son desconocidos. No está claro que provoque neumonías, aunque ya se han diagnosticado dos casos en vapeadores, como el caso del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, que se diagnosticó una neumonía lipoidea asociado al consumo de cigarrillos electrónicos; el primer caso de neumonía lipoidea se publicó en 2012. Se trataba de una mujer de 42 años que ingresó en el centro médico Legado del Buen Samaritano de Portland, Oregón.

Tampoco se sabe cuánto perjudica la inhalación pasiva del vapor; ni siquiera si ayuda a dejar de fumar o, al contrario, provoca nuevas adicciones a la nicotina.

La revista Chest, una de las más prestigiosas en medicina respiratoria, mencionaba un estudio realizado con fumadores sanos que medía los efectos en la función pulmonar a corto plazo. Tanto en resistencia al aire como en exhalación de óxido nítrico, los cigarrillos electrónicos mostraban valores similares a los del tabaco convencional. Sobre su toxicidad, un estudio internacional alertaba de que existía, aunque fuera menor que la del tabaco. Se estimaba que el vapor del cigarrillo electrónico contenía entre 9 y 450 veces menos toxinas, dependiendo de la que se estudiara. Aunque el vapor no contiene ningún elemento tóxico, estas partículas se producen en la pequeña combustión provocada por la resistencia dentro del dispositivo. Un análisis del Instituto Catalán de Oncología señalaba que los sujetos expuestos al vapor registraban “biomarcadores similares a los de los no fumadores que conviven con personas que fuman hasta siete cigarros de tabaco convencional”.

Sobre su supuesta capacidad para permitir que los fumadores dejen de fumar, la investigación arroja que, en efecto, es posible, aunque no es tan fácil como se publicita. En un experimento se monitorizó a vapeadores durante doce meses, al cabo de los cuales un 10,7% fumaba menos y un 8,7% había dejado de fumar. Otro grupo de investigación hizo lo mismo durante seis meses, comparándolos, además, con parches de nicotina y cigarrillos electrónicos placebo sin nicotina. Un 7,3% de los pacientes que usaron cigarrillos electrónicos con nicotina llegaron a los seis meses con abstinencia de tabaco, frente al 5,8% de los parches y el 4,1% del placebo.

Vía | Sinc

Fotos | Tomasz Sienicki | Deuterium360 | Merak Marey

En Xataka | Esta es la realidad científica del cigarrillo electrónico

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