Acostumbra a oirse que tal o cual producto o hábito sirve para eliminar toxinas. Una sopa para eliminar toxinas y depurar el cuerpo, sudar para eliminar toxinas, hacer ayuno para eliminar toxinas, píldoras antioxidantes, zumos quemadores de toxinas, terapia de iones, dietas Detox y otras hierbas de gurús y terapeutas alternativos. Como si en nuestro cuerpo se fueran acumulando restos tóxicos que sólo pueden ser eliminados mediante una suerte de desintoxicación.
Pero ¿cuánto hay de cierto en ello?
En primer lugar, cabe señalar que este supuesto proceso de desintoxicación no aparece en ningún manual médico. Es decir, que es sólo un producto cultural, una idea pseudocientífica que suena muy bien pero que no tiene ninguna evidencia.
Otra cosa diferente es que hay que comer sano. Pero no existen maneras de extraer toxinas del cuerpo. Aunque os paséis la vida comiendo carne y, durante una semana, os limitéis a la verdura, no existirá ninguna eliminación de toxinas.
Tal y como señala Ben Goldacre:
Si observan un diagrama de flujo metabólico (uno de esos gigantescos mapas, que ocupan paredes enteras, de todas las moléculas de su cuerpo, en los que se detalla cómo se descompone un alimento en sus partes constitutivas y cómo esos componentes se remodelan luego generando nuevos elementos básicos que se reagrupan para formar músculos, huesos, lengua, bilis, sudor, moco, cabello, piel, esperma, cerebro y todo aquello que nos hace ser lo que somos), resulta muy difícil distinguir en dicho diagrama algo que pueda ser bautizado como el “sistema desintoxicante”. (...) es la invención de un nuevo proceso fisiológico. En términos de bioquímica humana básica, la desintoxicación (entendida como la eliminación de toxinas) es un concepto absurdo.
Todos, al cometer excesos (una semana comiendo como un cerdo, una noche de copas, etc.), podemos sentir remordimientos y decidir hacer un poco de bondad (hacer dieta, dejar de beber un tiempo, hacer deporte, descansar, dormir más, etc.). Pero es más cool decir que eliminamos toxinas o que tal yogurt te limpia por dentro, aunque la idea (errónea) no tenga nada de nuevo: siglos atrás, el exceso de toxinas era eliminado por las sanguijuelas como método terapeútico, colocándolas en diferentes partes del cuerpo, dependiendo del humor a eliminar.
Vía | Mala ciencia de Ben Goldacre