Son varios ya los estudios que vinculan el hábito de fumar con la propensión a sufrir dolor de espalda crónico. Pero en este reciente estudio de investigadores de la Universidad Northwestern en Evanston (EEUU) se sugiere por primera vez que fumar interfiere en un circuito cerebral asociado con el dolor, por ello fumadores son más propensos a esta clase de dolor.
La corteza prefrontal medial y el núcleo accumbens desempeñaban un papel clave en el desarrollo del dolor crónico. Fumar reduce la capacidad de resistencia a este tipo de dolor, en definitiva, porque refuerza la conexión enter ambos (cuanto más fuerte sea, menos resistente era un individuo al dolor crónico) tal y como publican en la revista Human Brain Mapping.
El estudio se llevó a cabo con 160 voluntarios que habían desarrollado recientemente un agudo dolor de espalda (el que dura entre 4 y 12 semanas) así como a 32 pacientes con dolor de espalda crónico (dolor durante 5 años o más) y a 35 participantes sin dolor de espalda. En cinco ocasiones diferentes durante un período de un año, todos los participantes completaron cuestionarios que recogían información sobre su consumo de tabaco y otras condiciones de salud, así como a imagen por resonancia magnética (MRI). Los fumadores tenían una conexión más fuerte entre la corteza prefrontal medial y el núcleo accumbens, lo que supondría padecer tres veces más probabilidades de desarrollar dolor de espalda crónico.
Añade Bogdan Petre, líder del estudio:
Sin embargo, hemos visto una dramática caída en la actividad de este circuito en los fumadores que (por su propia voluntad) dejaron de fumar durante el estudio. Así que cuando dejaron de fumar, su vulnerabilidad al dolor crónico también se redujo.
El dolor de espalda es uno de los problemas médicos más comunes en el mundo: se estima afecta a 8 de cada 10 personas en algún momento de sus vidas.
Imagen | josemanuelerre
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