El tabaco y el rendimiento académico

No fue hasta 1968 que investigadores franceses escribieron por primera vez que el consumo de alcohol durante el embarazo podría originar malformaciones en el niño.

De igual forma, se tardó mucho tiempo en explicar que el consumo de tabaco durante el embarazado es la causa más frecuente de mortalidad perinatal y duplica la posibilidad de muerte súbita. También se aumentan las probabilidades de tener un parto prematuro, disminuye el peso del bebé, aumenta el riesgo de padecer obesidad en el futuro y, e incluso, frena el desarrollo cerebral y empeora el rendimiento escolar.

El neurólogo holandés Dick Swaab abunda en los efectos perniciosos del tabaco durante el embarazo en su libro Somos nuestro cerebro:

El niño tiene más posibilidades de desarrollar trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), comportamiento agresivo, impulsividad, problemas de lenguaje y de atención, y en el caso de niños varones también tiene sus efectos en el desarrollo de los testículos y futuros trastornos reproductivos.

A pesar de todo ello, todavía un 12 % de las embarazadas continúa fumando. Ni siquiera el uso de parches nicotina recorta este problema, porque también la nicotina puede afectar al desarrollo cerebral, lo que origina niños con más problemas escolares.

Si todas las mujeres holandesas dejaran de fumar durante el embarazo, habría un 30 % menos de niños nacidos prematuramente, se reduciría en un 17 % la cantidad de bebés nacidos con bajo peso y los gastos sanitarios se recortarían en veintiséis millones.

En Xataka Ciencia | La escandalosa mentira del tabaco asesino

Imagen | DucDigital

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