La esperanza de vida de los estadounidenses está bajando y la culpa la tienen básicamente tres causas

La esperanza de vida del estadounidense medio cayó en 2017 de 78,7 a 78,6 años. Es la tercera vez consecutiva que la esperanza de vida en el que ya se considera el país rico con menor esperanza de vida de todo el mundo: viven vidas más cortas que las generaciones anteriores y mueren antes que sus contrapartes de todo el mundo.

Básicamente, se han identificado tres factores que están contribuyendo a este descenso, inédito en cincuenta años.

Tres factores

Incluso a medida que avanzamos en el tratamiento del cáncer, las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, tres de los principales asesinos del Primer Mundo, estamos perdiendo terreno en otros frentes y lo hemos estado haciendo desde 2014 en Estados Unidos, donde tres factores contribuyen a la reducción de la esperanza de vida general:

1. Suicidios: hay un gran repunte, además, entre adolescentes, como analiza Jonathan Haidt en su reciente libro La transformación de la mente moderna, que reseñamos hace unos días.

2. Enfermedad hepática crónica: una cantidad creciente de estadounidenses ha fallecido debido a la enfermedad hepática y al cáncer de hígado. El aumento entre las personas de 25 a 34 años de edad es particularmente importante porque las muertes se deben a la cirrosis, una enfermedad causada por un consumo excesivo de alcohol. Lo más probable es que las afecciones de las que sufren las personas mayores se deban a la epidemia de obesidad. Un sistema de salud público como el estadounidense no contribuye a la mejora del problema: los estadounidenses tiene mayor probabilidad de informar de que tenían tres o más enfermedades crónicas que sus contrapartes en otros 10 países con altos ingresos per cápita.

3. Sobredosis de drogas: caso especial para las sobredosis con opioides, pues 400.000 personas fallecieron por sobredosis entre 1999 y el 2017. Especialmente reveladora es esta charla de Oihan Iturbide en Naukas a propósito de las causas subyacentes.

La salud y la esperanza de vida varían geográficamente. La variación mundial es enorme, pero incluso dentro de los Estados Unidos puedes esperar vivir 6,6 años más si vives en Hawai, el estado mejor clasificado, que en Mississippi, que ocupa el último lugar. Con una esperanza de vida de 81,3 años, Hawaii se parece más a los Países Bajos que a los Estados Unidos. La proyección de 74,7 años de Mississippi se parece más a Kuwait.

Abordar los diversos problemas que contribuyen a los recientes aumentos en el suicidio, la enfermedad hepática y las sobredosis de drogas no será fácil. Son cuestiones multifacéticas, a menudo complicadas por la economía, que acabamos de comenzar a analizar. Pero si queremos que los estadounidenses lleven una vida larga y saludable, parece que tendremos que cambiar lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo.