En abril, alrededor del 2 % de todos los casos confirmados de COVID-19 se diagnosticaron en niños. Los niños ahora representan el 11 % de los casos en Estados Unidos, y más de 61 000 de ellos se informaron la semana pasada. Eso es más que durante cualquier otra semana de la pandemia hasta ahora.
Es probable, incluso, que ese número sea un recuento a la baja del número real de infecciones, ya que los niños tienden a tener una versión más leve de la enfermedad y, por lo tanto, es menos probable que se hagan la prueba.
Nodos de contagio
Este aumento de infecciones entre los más jóvenes no se limita a los niños, ya que estos pueden contagiar a los adultos.
Los niños también presentan síntomas ligeramente diferentes a los de los adultos. Hay una serie de problemas similares: dolores de cabeza, problemas digestivos, dolores corporales, dolor de garganta, estornudos, secreción nasal y fatiga.
Sin embargo, los adultos experimentan fiebre, tos y dificultad para respirar a un ritmo mucho más alto que los niños. La fatiga, los dolores de cabeza, los dolores de garganta, los dolores musculares y la diarrea también fueron menos comunes entre los pacientes más jóvenes.
Help protect yourself, your children, and your community, including essential workers during #COVID19, by having your family vaccinated for the flu. https://t.co/vqfRjMtkXZ
— Amer Acad Pediatrics (@AmerAcadPeds) November 2, 2020
A medida que los niños de todo el país continúan asistiendo a clases presenciales y el clima frío obliga a más estadounidenses a encerrarse en espacios más cerrados y mal ventilados, tendremos que estar cada vez más atentos.
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