Unas nuevas bombillas diseñadas por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) emiten dosis bajas continuas de radiación ultravioleta lejana (far-UVC) que son capaces de acabar con el virus de la gripe que transportado por el aire.
La radiación ultravioleta es un agente antibacteriano y antivírico, pues rompe su ADN, pero en dosis elevadas en también dañino para el ser humano. La radiación de estas bombillas está ajustada para evitar esto último.
Idóneo para lugares críticos
Las infecciones y contagios son el caballo de batalla de los entornos hospitalarios, asi que esta clase de bombillas podrían ser muy útiles para mantener cierta profilaxis. Otros lugares que también se podrían beneficiar de esta tecnología serían escuelas, aeropuertos, aviones y otros espacios públicos similares donde hay gran concentración de personas en un entorno cerrado.
Recordemos que el resfriado no se padece por estar andando por la calle bajo un frío gélido, sino precisamente cuando nos refugiamos de ese entorno hostil en ambientes cerrados y cálidos donde los virus y las bacterias campan a sus anchas de huésped en huésped. Podéis leer más sobre ello aquí.
Según explica David J. Brenner, líder del trabajo:
Si nuestros resultados se confirman en otros entornos, se deduce que el uso de luz indirecta de bajo nivel UVC en lugares públicos sería un método seguro y eficiente para limitar la transmisión y propagación de enfermedades microbianas transmitidas por el aire, como la influenza y la tuberculosis.
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