Hace años, un equipo de oncólogos del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense, tras estudiar a 30.000 hombres durante ocho años, habían concluido que la eyaculación previene el cáncer de próstata.
El resultado de su investigación, publicada en JAMA, fue que los grandes eyaculadores (al menos veintiún veces al mes) tenían un riesgo tres veces menor de sufrir cáncer de próstata que los que disfrutaban de entre cuatro y siete orgasmos mensuales.
Otro estudio
Un nuevo estudio epidemiológico llevado a cabo por Jennifer Rider, de la Harvard T.H. Chan School of Public Health de Boston, en 2015 también confirmó la sospecha de que la eyaculación previene este tipo de tumores. El trabajo se llevó a cabo sobre una población de 32.000 hombres, englobados en el Health Professionals Follow-up Study, durante 18 años. En este periodo, 3.839 varones fueron diagnosticados de cáncer de próstata de los cuales 384 hombres fallecieron.
Se llegó a la conclusión de que los hombres que tenían un orgasmo al día habían reducido ell riesgo de padecer cáncer de próstata en un 22%.
Los trabajos no han resuelto la incógnita de por qué la eyaculación frecuente reduce el riesgo de padecer este tumor, pero una de las hipótesis que se barajan es que drena de esta glándula los agentes cancerígenos que se depositan en ella. Al parecer, y siempre según el estudio, esta práctica sería mucho más determinante que factores como la dieta, la cual se ha considerado en multitud de ocasiones como un elemento de gran importancia a la hora de combatir la dolencia. Con todo, hay que tomar con cautela todos estos datos hasta que se realicen estudios más exhaustivos.
Imagen | je@n
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