Recuerdo que en mis años de instituto, cuando una alumna fue interpelada por su necesidad de salir al patio para fumar un cigarrillo, ésta adujo que quizá no la entendíamos porque ella había pasado por situaciones de estrés muy alto, y que el cigarrillo había sido algo así como su bálsamo.
Sin embargo, el tabaco no reduce el estrés. Más bien al contrario: fumar aumenta un 70% el riesgo de sufrir ansiedad y depresión. Es lo que arroja un nuevo estudio llevado a cabo por el University College London y publicada por la revista de la British Heart Foundation.
Para realizar el estudio, 6.500 fumadores y no fumadores de más de 40 años de edad fueron sometidos a análisis psicológico. El 18,3% de los fumadores presentaba síntomas de depresión y ansiedad frente al 10% de los no fumadores y del 11,3% de los ex-fumadores. Según Mike Knapton, coautor del estudio:
Hay una creencia por parte de muchos fumadores de que fumar reduce la ansiedad y el estrés, que es a su vez lo que provoca que muchos fumadores se desanimen para dejar la adicción. Sin embargo, en lugar de ayudar a la gente a relajarse, fumar aumenta la ansiedad y la tensión. La sensación de reducción de estrés o de relajación es temporal y es pronto sustituida por el síndrome de abstinencia y los antojos.
Vía | Vitonica
Imagen | DucDigital
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