Una de las frases más repetidas por James Bond (después de "Me llamo Bond..., James Bond") es "Vodka Martini; batido, no revuelto" ("Shaken, not stirred", en inglés e incorrectamente traducido como "mezclado, no agitado" en España). Eso ya nos da una idea de todo el alcohol que Bond ingiere.
Sin embargo, si un agente como Bond bebiera todo lo que bebe Bond, entonces no tardaría en ser despedido... o moriría. Porque, según un estudio de 2013, sería incapaz de conservar la precisión, la coordinación y las habilidades de pensamiento crítico que lo convirtieron en un agente tan exitoso.
Alcohol
En el estudio citado (sí, existe, aunque más bien podría formar parte de los que se presentan al IgNobel), los investigadores revisaron las 14 novelas de Bond de Ian Fleming, tomando nota de cualquier referencia al alcohol. Si la novela no menciona específicamente a Bond bebiendo por un tiempo, completaban incógnitas con estimaciones conservadoras. También tomaron nota de los días en que al agente le habría resultado imposible beber, como cuando pasó un tiempo en prisión.
Usaron niveles de unidad de alcohol predefinidos para luego calcular cuánto bebía el personaje semanalmente, lo que terminó en 92 unidades, o más de cuatro veces la cantidad recomendada de alcohol. De los 87 días que contaron, el Bond tomó un descanso del alcohol solo 12 de esos días.
El alcohol es un tóxico que habría destruido de tal forma su sistema nervioso, dadas esas cantidades, que habría perdido su licencia de 007. Además, los autores postulan que la preferencia del espía por martinis con vodka sacudidos en lugar de agitados puede indicar un caso de manos temblorosas causadas por temblores inducidos por el alcohol:
Idealmente, los martinis de vodka se deben agitar, no sacudir. Que Bond cometiera un error tan elemental en sus preferencias parecía incongruente con su dominio impecable de la etiqueta culinaria.
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