Si bebes para olvidar, paga antes de empezar, dice el refrán. Es algo que también se han aplicado las moscas de la fruta: porque al parecer también deciden embriagarse con alcohol cuando han sido rechazadas por las hembras.
Según una investigación llevada a cabo por la Universidad de California en San Francisco y publicada en la revista Science, cuando a un macho de estas moscas (Drosophila melanogaster) se le ofrece comida bañada en alcohol o su equivalente no alcohólico, su decisión dependerá de si se ha apareado recientemente o si ha sido rechazado por una hembra.
Galit Shohat-Phir, que lideraba la investigación, situó 24 moscas macho en uno de los siguientes escenarios: la mitad en grupos de cuatro, cada uno con 20 hembras listas para aparearse, permitiéndoles a los machos aparearse con varias. La otra mitad solos, cada uno con una hembra que se había acabado de aparear, rechazando cualquier cortejo. Tras 4 días de insistente rechazo, los machos fueron trasladados a contenedores con capilaridades con alimento, algunas con alcohol, otras sin él. En promedio, los rechazados ingirieron 4 veces más alcohol que los apareados.
Los investigadores sospechan que un neurotransmisor llamado neuropéptido F (NPF) podría estar implicado en esta respuesta. En humanos existe un químico similar (NPY), que tiene relación con la depresión y el consumo de alcohol y drogas.
Algunos de los mecanismos implicados en el consumo de drogas y los sistemas de recompensa están muy conservados en la evolución, por lo que estos resultados podrían ser extrapolables a mamíferos e incluso a humanos.
Si queréis saber más sobre mamíferos y drogas: Animales embriagados: los animales también usan las drogas.
Pero no ayuda a olvidar
Sin embargo, que el consumo de alcohol produzca cierta recompensa en el mal de amores no significa que permita ayudarnos a olvidar, al menos en el ser humano.
El alcohol no es ningún amnésico. De hecho, el alcohol estimula áreas de nuestro cerebro implicadas en el aprendizaje y la memoria, tal y como se desprende de un estudio del Centro Waggoner para la investigación del Alcohol y las Adicciones de la Universidad de Texas (EE UU).
Cuando bebemos alcohol se estimula el sistema dopaminérgico, que “le dice a nuestro cerebro que lo que está haciendo en ese momento es gratificante, que debe ser recordado y repetido“.
El alcohol,según publica el neurobiólogo Hitoshi Morikawa en la revista Journal of Neuroscience:
reduce nuestra capacidad consciente para recordar información como el nombre un amigo, la definición de una palabra o dónde aparcamos el coche; pero nuestro subconsciente aprende y recuerda también, y el alcohol aumenta nuestra capacidad de aprender a este nivel. (...) Solemos pensar en la dopamina como un neurotransmisor de la felicidad, pero en realidad es un neurotransmisor ligado al aprendizaje. (...) Su principal efecto consiste en fortalecer las sinapsis que están activas mientras se libera.
Vía | 20minutos
Ver todos los comentarios en https://www.xatakaciencia.com
VER 2 Comentarios