Según la OMS, pasarán cuatro o cinco años antes de que COVID-19 esté bajo control

"Pasarán cuatro o cinco años antes de que COVID-19 esté bajo control", ha pronosticado este miércoles el principal científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una sombría evaluación de las dificultades que se avecinan.

Estas duras declaraciones las ha vertido Soumya Swaminathan, una pediatra india y científica clínica conocida por su investigación sobre la tuberculosis. Swaminathan ha sido Científica en Jefe de la Organización Mundial de la Salud desde marzo de 2019.

Estos pronósticos se vuelven más sombríos ahora que conocemos datos más concretos sobre todas las personas que ya han sido contagiadas en España gracias a un estudio de seroprevalencia: se estima que solo un 5 %, a pesar de ser uno de los países más castigados del mundo. Si aspiramos a tener inmunidad de rebaño, pues, hemos de asumir que todavía estamos al principio de la pandemia.

Es cierto que ahora sabemos más que antes, estamos más preparados, pero también parece cierto que si relajamos las medidas de confinamiento, es bastante probable que volvamos a tener muchas víctimas o sistemas de salud colapsados. Y no relajar las medidas de confinamiento implica enfrentarnos a otra sombría epidemia: la de índole económica.

Alemania, por ejemplo, ya toma medidas para confinar de nuevo a la sociedad después de los resultados en forma de contagios que ha tenido lugar por el desconfinamiento.

Factores implicados

Muchos factores determinarán por cuánto tiempo y en qué medida el virus continuará siendo una amenaza, incluyendo si hay mutaciones, qué medidas de contención se implementan y si se desarrolla una vacuna efectiva. Todo esto, obviamente, no es una certeza... la pandemia, potencialmente, podría empeorar y se tardaría entonces más de cuatro o cinco años.

Una vacuna parece por ahora la mejor salida, pero hay muchas dudas sobre su eficacia y seguridad, así como su producción y distribución equitativa. Una vacuna también podría dejar de funcionar si el virus mutara.

No significa que no podamos controlar el virus, eventualmente, pero sí significa que tendremos que tomar todas las medidas posibles para evitar que se propague después de que se hayan aliviado los bloqueos. Solo se necesitará que una pequeña cantidad de personas se niegue a usar mascarillas o que incumpla en distanciamiento social para desencadenar más brotes locales.

Peter Piot, profesor de salud global en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, comparte los pesimistas pronósticos de Swaminathan, y recuerda que a día de hoy la especie humana solo ha erradicado una enfermedad mediante una vacuna: la viruela.

El director de emergencias de la OMS, Mike Ryan, también ha advertido que resulta muy difícil predecir cuándo controlaremos el virus: incluso si se encuentra una vacuna, tener bajo control el virus requerirá un 'esfuerzo masivo'. Si bien hay más de 100 vacunas potenciales en desarrollo, Ryan ha recordado que hay otras enfermedades, como el sarampión, que aún no se han eliminado a pesar de que existen vacunas para ellas.

También se ha cuidado de advertir de que debemos dejar atrás el pensamiento mágico u optimista de que el confinamiento es una estrategia que siempre funciona perfectamente y que el desconfinamiento significa que las cosas irán a mejor. Ciertamente, nos enfrentamos a la mayor de las incertidumbres en ese sentido.

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