La revista New England Journal of Medicine ha publicado un ambicioso estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de Harvard en el que se ha situado a un lado del ring a las patatas fritas y, en el otro, al yogur y a los frutos secos.
El estudio ha analizado los datos de 120.000 personas (la mayoría mujeres) durante más de 20 años para cuantificar qué alimentos ayudaban a incrementar o disminuir el peso corporal. Las patatas fritas fueron el alimento asociado a un mayor incremento del peso: cada porción adicional diaria de patatas fritas produjo un aumento de más de 1,40 kilos cada 4 años durante el período del estudio. Algo parecido a lo que sucede con las bebidas azucaradas.
Sin embargo, en el lado de los alimentos asociados a la disminución del peso corporal hubieron algunas sorpresas. Los alimentos ganadores no fueron las frutas y los vegetales (aunque su impacto en la disminución del peso es muy importante, también), sino el yogur y los frutos secos de cáscara dura.
Una porción adicional de yogur condujo a una pérdida de 0,37 kilos de peso, y con una porción de vegetales la pérdida fue de 0,1 kilos. Con los frutos secos de cáscara dura la pérdida de peso fue de 0,26 kilos, con fruta de 0,22 kilos y con granos integrales de 0,17 kilos.
Dariush Mozaffarian, uno de los autores del estudio:
Su asociación inversa con el aumento de peso sugiere que el incremento en su consumo redujo el consumo de otros alimentos de más calorías, lo cual disminuyó la cantidad general de energía consumida. (...) El mayor contenido de fibra y el menor tiempo de digestión de estos alimentos quizás incrementan la saciedad, y su mayor consumo podría estar desplazando en la dieta a otros productos altamente procesados.
Vía | BBC Mundo