Uno de los mitos más difundidos relativos al deporte es el que afirma que hacer ejercicio en ayunas quema más grasas. El mito está reforzado, sobre todo, por las creencias de determinados entrenadores o deportistas. Ahora que nos hemos puesto el propósito de perder peso en este 2013, vamos a desterrarlo.
En primer lugar, apenas existen estudios que confirmen una mayor quema de grasa en ayunas que habiendo ingerido algún alimento, por lo que, si promediamos todos ellos, la diferencia de quema de grasa sería insignificante. Además es peligroso: el ejercicio intenso en ayunas puede provocar hipoglucemia, tal y como señala Pedro Ángel López en su libro Mitos y falsas creencias en la práctica deportiva.
También es claro al respecto Brian Udermann, actualmente investigador en el Departamento de Ciencias del Deporte de la Universidad de Wisconsin-La Crosse: quemamos exactamente el mismo número de calorías a las 5 de la mañana y a las 5 de la tarde; y, además, el rendimiento físico suele verse reducido por la mañana porque la temperatura corporal está en su momento más bajo y los niveles de vitalidad y energía, también.
Por si esto fuera poco, otros estudios de tipo endocrinológico aseveran que realizar ejercicio en estado carencial de alimentos recién ingeridos ralentiza el metabolismo, y por tanto, la quema de grasas.
Finalmente, según advierte la Fundación Española del Corazón (FEC), al realizar ejercicio en ayunas se queman todos los depósitos de glucógeno de los músculos y el hígado, y como consecuencia se tiene una gran sensación de fatiga. Y el ejercicio en ayunas provoca un incremento en los factores de riesgo cardiovascular como la inflamación y la oxidación.
Vía | Vitonica